Ladrilleros, los rostros ocultos de la arquitectura cuencana

Herminio Sinchi se toma un sábado para estar con la familia. La lluvia no cesa en Sinincay. Esta parroquia ubicada al noroeste de Cuenca ha contribuido al desarrollo arquitectónico de la ciudad y la provincia al ser una de las más grandes proveedoras de ladrillo en el Azuay.

El artesano, próximo a cumplir 68 años, es de los pocos que hace no mucho elaboraba el producto de forma manual. Hoy la fabricación es semi mecanizada. Utiliza una batidora a motor. Esta máquina reemplaza a los toros que batían el barro en forma circular.

Fabricación del ladrillo

En su memoria aún perdura sus inicios en el oficio que heredó de sus abuelos. Eran las décadas del 60 y 70. “No teníamos ni botas. En aquellos tiempos a las 05:30, 06:00 teníamos que sacarnos los zapatos y con pie desnudo meternos al lodo con tanto frío”.

Su mina -terreno del cual obtienen la materia prima del ladrillo- está situada en Sigcho, a cinco minutos en carro desde la cabecera parroquial. Sobre el horno de leña aún yacen cientos de ladrillos por entregar. Indica que la venta ha disminuido, en parte, porque prefieren el ladrillo tochana (ladrillo hueco) u otro tipo de material como el bloque.

“Tengo una hornada de 10.000 ladrillos. Eso se vendía al día y se tenía el dinero en efectivo. Ahora, a veces se vende un viaje (2.000 ladrillos) y quien compra dice te doy 100, 200 dólares ahora y el restante te doy después”.

Don Herminio cuenta que las minas propias son cada vez más escazas y las autoridades ambientales les prohíben extraer el material. “Nos dicen que no estamos haciendo de forma correcta, pero pienso que nos deberían asesorar y buscar la forma de que sigamos produciendo porque tampoco podemos morir de hambre”.

En la actualidad la mayoría busca proveedores de tierra, algunos llegan desde Susudel, en el cantón Oña, al suroeste del Azuay. No todo terreno es apto para elaborar ladrillos. “Tenemos que buscar la forma de mezclar bien las tierras para que el ladrillo salga de buena calidad… Hablemos que si tenemos unas 10 carretilladas de tierra yara (granosa como el lastre), metemos cuatro o cinco de fina”.

Don Herminio asegura que no tiene familiares que continúen con el oficio. Algunos migraron a Estados Unidos. Su esposa e hija, que viven con él, le animan a emprender otra actividad. “Imagínese, un pan está sobre los 18 o 20 centavos. El ladrillo de uno, cuanto trabajo cuesta, y está a 20 centavos”. (I)

Belleza imperfecta

Parte de la identidad que tiene la ciudad está en reconocer su potencial artesanal, dice el arquitecto Pedro Espinoza Abad. “El ladrillo es un material de los más nobles y de los más usados en nuestro medio por las ventajas que nos da. Es un material de bajo costo, de muy alta resistencia y de altísimo poder estético en la ciudad”.

Espinoza sostiene que el ladrillo se adapta muy bien a la arquitectura clásica o contemporánea, con la que se identifica. Para elegir uno u otro ladrillo, evalúa el uso que se le va a dar y toma en cuenta dos aspectos: la parte técnica y la parte estética. En paredes interiores -que después se les va a enlucir- considera apropiado el ladrillo industrial, aquel que está procesado en máquina.

El edificio Torres del Bosque es uno de los ejemplos de la utilización de ladrillo artesanal. Foto XCA

Él utiliza con frecuencia el ladrillo artesanal en las fachadas por las imperfecciones y los matices que tiene el producto al someterse a altas temperaturas. “La belleza está en la imperfección, en la mano artesanal, en el color aleatorio dentro de una misma gama, a eso le llamamos matices. Creo que la belleza de Cuenca está en ese tipo de estética”.(BS) (I)

Datos

  • 3.000 a 4.000 ladrillos diarios pueden producir los ladrilleros industrializados, a los artesanales les tomaría, la misma cantidad, de tres a cuatro días.
  • Los ladrilleros artesanales demandan apoyo del Gobierno para tener créditos -con intereses bajos- que les permitan mejorar sus condiciones de trabajo.

Daniel Pachari Bravo

Periodista, redactor y creador de contenido en medios multimedia. Hace periodismo con enfoque social. Le interesa conocer las realidades humanas para plasmarlas en productos escritos y audiovisuales.

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