Museo de las Conceptas reabre con una muestra que realza el trabajo de las monjas

Suele pensarse que en un monasterio la vida se reduce a estar en silencio, a dejar las actividades cotidianas, a cambiar de hábitos. Sin embargo, no hay nada más equívoco que ese pensamiento si uno se adentra al Museo de las Conceptas, el espacio que guarda la historia de las monjas concepcionistas que habitaron el primer monasterio que tuvo Cuenca.

Entrar al museo es para saber que las monjas tuvieron una vida fructífera. Que el encierro dentro del monasterio solo fue parte de un proceso que se tenía que cumplir, y que no significaba que la vida iba a parar.  

Adentrarse al museo es caminar por un mundo de producción artística, artesanal y gastronómica que estuvo a cargo de las mujeres religiosas.

Y precisamente eso es lo que quiere mostrar el Museo de las Conceptas, cuyas puertas volvieron a ser abiertas tras tres años de para por la falta de recursos económicos.

Una de las exposiciones refleja cómo era la vida de las mujeres que vivían en el convento. Foto XCA

En este regreso, que llegó con el apoyo indispensable de la Universidad de Cuenca, supone un nuevo comienzo para el museo. No solo porque empezarán a recibir, una vez más, a los públicos, sino porque hay una propuesta museográfica que por primera vez hace un especial énfasis en las religiosas concepcionistas.

Si bien antes los objetos estaban allí, en el museo, se daba por sentado que eran de las monjas. No obstante, en esta ocasión hay una fuerza mucho más poderosa para realzar la vida y obra de las mujeres que vivieron en el convento.

Para eso se creó la exposición Ora et labora (reza y trabaja), con la que el público tendrá la oportunidad de acercarse a una serie de piezas irrepetibles.

“Hemos intentado poner en valor el papel de las mujeres dentro de los muros del monasterio que tenía incidencia fuera, en la ciudad. Nos hemos encontrado que ellas fueron creadoras, restauradoras, conservadoras de obras de arte. Eran cocineras, bordadoras, y realizaban y promocionaban fiestas”, explicó Macarena Montes, quien estuvo a cargo de la museografía.

Para empezar con el realce, la exposición arranca con la exhibición de un cuadro de 1751 que fue firmado por Sor María de la Merced. La pintura, que tiene como protagonista la Virgen de la Merced, es la primera firmada por una mujer en la Real Audiencia de Quito.

Más allá, en los alrededores de los dos jardines que tiene el museo, reposan los bordados que hacían las concepcionistas, las urnas que adoraban, y los espacios en donde trabajan y hacían los dulces de Corpus Christi, los panes y las hostias.  

La vida de María

En el segundo piso predominan las pinturas anónimas que hacen referencia al Nuevo Testamento. Pero también están los cuadros que, quizá, son parte de las obras más notables y más importantes del Museo de las Conceptas: la serie de la vida de la Virgen.

En una habitación reposan las pinturas que narran el nacimiento de María, a su tránsito (que hace referencia a su glorificación); hay un cuadro que nos muestra a María caminando junto a José y al niño Jesús, como si se tratase de un paseo familiar.

Una de las obras que refleja a la virgen María se expone en el Museo de las Conceptas. Foto XCA

“Estamos exhibiendo algo que normalmente está en la reserva por cuestiones técnicas, que es la serie de la vida de la Virgen. Y es formidable, porque no está basada en ningún texto bíblico, está basada en la Leyenda dorada de Jacopo de la Vorágine”, explicó el historiador y presidente de la Fundación Museo de las Conceptas, Juan Martínez.

Martínez cree que la obra pudo haberse pintado en Cuenca, precisamente por las monjas. Sin embargo, eso tendrá que investigarse para dar con la autoría de una serie que muestra lo que no se ha contado sobre María antes de tener a Jesús.   

Atención

Con la reapertura, el Museo de las Conceptas volverá a tener un horario de atención: de lunes a sábado, de 10:00 a 17:00. El valor de la entrada es de cuatro dólares para el público general y cinco dólares si un adulto viene acompañado por un niño.

Lo recaudado servirá para mantener un museo que necesita 50.000 dólares al año para funcionar y para ofrecer servicios de calidad a Cuenca. 

“Quiero invitar a toda la ciudad a que sean parte de este espacio maravilloso. Aquí se respira los valores más importantes que tenemos: el patrimonio, la historia, la cultura y el arte. Es un compendio de todo eso. Los estamos esperando”, dijo Mónica Muñoz, directora del museo. (I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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