Ana está embarazada, tiene 13 años, su pareja 20, ella dice amarlo y quiere tener a su hijo, aunque continuar el embarazo le podría costar la vida. La madre de Ana migró cuando ella tenía 5 años, la dejó al cuidado de su hermana de 12, quien ahora ya tiene dos hijos, su padre es alcohólico y la violenta con frecuencia, Ana busca tener un hogar propio.
El caso de Ana es el caso de miles de niñas y adolescentes, que buscan en el embarazo temprano una alternativa para salir de la violencia, del desamor, del abandono. Sin embargo, sabemos que el remedio es peor que la enfermedad.
Pero, ¿qué hace que un hombre adulto tenga una relación sexo-afectiva con una niña?, ¿dónde está la conciencia y racionalidad de esta persona?, ¿qué vacío y necesidad está llenando? La masculinidad tóxica debe cuestionarse. Existe una trampa en el sistema, que hace que nos concentremos en el problema de Ana y no en quienes abusan del poder.
Urge abrir los ojos y la mente, fomentar el respeto, tomar conciencia, romper con el machismo. (O)
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