En las calles por la dignidad

El diccionario define a la dignidad como la “cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden.”  El término permite comprenderel impulso que lleva a los ciudadanos, exhaustos por la humillación y la degradación, a auto-convocarse en la manifestación pública, que constituye la forma más tradicional de participación social. Ya sea en las calles del barrio o en el Parque Calderón, la ciudadanía ha encontrado en la organización social y en la expresión pública de las consignas de lucha, el primer paso hacia la consecución de lo que necesitan: una vida digna, segura y conectada.

La opresión política y social que sufre Cuenca a causa del centralismo no es un fenómeno reciente. Las decisiones que se toman desde el escritorio de Carondelet no llegan con la inmediatez y eficiencia que “la periferia” necesita y exige. Para ilustrar esta afirmación, podríamos mencionar la Cárcel “Regional”, prometida por la presidencia hace meses atrás, la cual todavía no tiene ni siquiera una hoja de ruta, y todo parece indicar dentro de la agenda de seguridad este Centro seguirá siendo Nacional, independientemente de lo que opinen los vecinos de “El Turi”.

La declaratoria de emergencia vial, los millones ofrecidos para solucionar los derrumbes más importantes, el mantenimiento vial que urge, siguen sin dar señales de solución, aunque sea provisional. Viajar a Guayaquil solo es posible en un buen clima, llegar a Machala depende de las vías paralelas disponibles, y ni hablar de las horas que hay que tomar en cuenta ahora para llegar a Quito. Las ofertas gubernamentales no cesan, y sin embargo, en la práctica, no pasamos de los estudios de prefactibilidad o de las comisiones formadas que nunca se convocan.

Es por ello que en las noches, los barrios utilizan las calles y veredas como espacios de exigecia sobre la vida digna y segura que necesitan, y que el Estado, receptor de sus impuestos y proveedor de esos derechos, no ha cumplido. Es por eso que hoy, gremios de la construcción, colegios profesionales, universitarios, estudiantes, panaderos, artesanos, transportistas y más de 50 organizaciones de la sociedad civil, reunidos por la Asamblea por la Vialidad del Azuay, se movilizan y expresan con preocupación sus consignas en las calles y plazas por una conectividad digna.

Si Cuenca aspira a ser un polo de desarrollo regional, necesita conectarse con las provincias y cantones vecinos. La imposibilidad de trasladarse es una preocupación generalizada y la búsqueda de soluciones, una convocatoria colectiva. Hoy, lo que se pide es dignidad.  (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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