Los sectores productivos del Azuay tienen que adaptarse a los problemas ocasionados por las deficiencias en la vialidad, debido a la falta de mantenimiento y los efectos del invierno que afectan a las arterias que comunican a la provincia con la Costa, el centro y el sur del país.
Andrés Robalino, director ejecutivo de la Cámara de Industrias Producción y Empleo (CIPEM), indicó que los daños viales provocan el incremento de costos en transporte, cuyos montos son asumidos por las empresas, lo que se traduce en pérdidas económicas, de fuentes de empleo y de inversiones.
El ejecutivo señaló que es complejo cuantificar las pérdidas, debido a que cada empresa tiene su dinámica y el peso que tiene el costo de transporte es diferente en cada una de ellas.
Entre las vías que registran dificultades para transitar están la Cuenca-Girón-Pasaje, la variante del kilómetro 49, de la Cuenca-Molleturo-El Empalme. En la Panamericana se ha visto afectada la circulación en el tramo Guamote-Alausí en Chimborazo, debido a un movimiento de tierras.
Carga pesada
“La Cuenca-Molleturo-Naranjal no es la vía para enviar carga pesada, subir materia prima o bajar producto terminado para exportación. La mayor parte de camiones de carga pesada, un 90% utiliza la Cuenca-Biblián-Zhud-La Troncal, que se mantiene activa”, explicó el director.
Sin embargo, especificó que hay camiones de gas natural que subían desde El Oro a Cuenca para surtir de combustible a varias empresas y por seguridad ahora se trasladan por La Troncal, lo que implica un 35% de incremento en el transporte.
Similar situación se registra en el traslado de productos hacia la Sierra centro y norte del país, debido a que los camiones deben tomar vías alternas.
Entre los sectores productivos que utilizan las carreteras que van al sur del país, se han visto afectados los de alimentos y unas 10 empresas que utilizan gas natural en Cuenca. Del 100% de producción de la industria azuaya, un 70% se destina a Quito y Guayaquil.
Asimismo, en la Feria Libre durante las últimas semanas se ha registrado una disminución en el movimiento comercial, debido a la ausencia de compradores que llegan desde la zona austral del país.
Víctor Guamán, comerciante mayorista oriundo de Riobamba, explicó que, si bien el transporte de productos se hace por vías de la Costa debido a derrumbes en la Sierra, y se demora tres o cuatro horas más, no ha habido incremento en los precios, porque no hay demanda.
“Muchas veces nos toca rematar o hacer ofertas, si no, se pierde. No hay ganancia. Ahora mismo el negocio está bajísimo. Saben venir a comprar desde Santa Isabel, Paute, Gualaceo y Loja y no están viviendo, porque ha llovido y hay derrumbes en las vías. Si no vendemos hoy, qué hacemos”, se preguntó el vendedor de hortalizas, legumbres y granos.
Turismo
Otro de los sectores productivos que soporta los estragos por los daños viales es el turístico. Juan Pablo Vanegas, presidente de la Cámara de Turismo, señaló que la industria registra un estancamiento en la recuperación.
“En el feriado de Carnaval hubo un 50% de ocupación hotelera, es una situación compleja por el invierno y por una carretera que es intermitente por la caída de rocas. Esto ha generado que la ocupación disminuya, una situación que en casi 10 años no se ha dado”, expresó Vanegas.
Agregó que antes de la pandemia, la ocupación en Cuenca era de 100% y postpandemia se recuperó hasta un 80%. Sin embargo, en los dos últimos feriados, Carnaval y Semana Santa, fueron de 50%, porque los turistas prefieren viajar a otros destinos.
La preocupación entre quienes viajan desde Cuenca hasta Guayaquil por la variante del kilómetro 49, de la vía Cuenca-Molleturo-El Empalme, se mantiene debido a los pronósticos de que continuarán las lluvias.
El gobierno provincial ha detectado de 250 a 300 deslizamientos de distinta magnitud en el Azuay y 35 puntos críticos. Entre los cantones más afectados están Girón y Santa Isabel.
Vía
La CIPEM costeó estudios preliminares para la construcción de una nueva vía Cuenca – Guayaquil.
“Son 18 meses para estudios de prefactibilidad y factibilidad. Iniciaron en abril, lo que significa que en noviembre del próximo año se tendrá los estudios terminados para que entre en proceso de concesión o de alianza público-privada y de firma del proyecto. La vía tiene que ser con peaje, no podemos creer en las dádivas y generosidad de los gobiernos, que en los últimos 30 años no se han preocupado por hacer una nueva vía”, enfatizó Robalino.
Se prevé que la construcción tome entre tres y cuatro años. La expectativa es lograr una vía con las condiciones de seguridad para carga pesada, para transporte turístico y sectores productivos.
«Como cámaras estamos en posición de proactividad, hay que criticar al gobierno, local, provincial, nacional, pero con propuestas».
Inestabilidad política y social
El director ejecutivo de la CIPEM, señaló que al problema de la vialidad se suma la inestabilidad política, económica y social.
“Frena más la inestabilidad política, que los problemas viales. La inestabilidad no deja a un empresario proyectarse a futuro porque no sabe qué va a suceder. Nos vamos a quedar sin presidente, quién va a sumir, cuándo salen las manifestaciones. Con el invierno se pueden encontrar alternativas para el transporte de productos, con las vías cerradas por los paros, no”, subrayó.
El directivo indicó que 2021 fue un año de reactivación económica después de la pandemia para gran parte de empresas. Sin embargo, el paro de junio de 2022 generó pérdidas que ralentizaron la recuperación. “Este 2023 volvemos a esa situación de inestabilidad política, que afecta desde una tienda de barrio, hasta las grandes empresas”, manifestó. (I)
DATO
- Por la vía Biblián-Zhud va el transporte pesado que sale de Cuenca hacia El Oro y a las provincias de la Sierra centro y norte.