Pekín.- Un grupo de científicos chinos ha logrado el primer experimento de interfaz cerebro-computadora (BCI, siglas en inglés) intervencionista en primates no humanos con el que lograron que un mono controlara un brazo mecánico.
El experimento se realizó este jueves Pekín, la capital del gigante asiático, a través de un equipo liderado por el profesor Duan Feng, de la Universidad de Nankai, en colaboración con el Hospital General del Ejército Popular de Liberación de China y la Shanghai HeartCare Medical Technology, una empresa dedicada al desarrollo de dispositivos médicos neurointervencionistas, informó hoy la agencia estatal de noticias Xinhua.
Los investigadores implantaron un electroencefalógrafo intervencionista en la pared cerebrovascular de un mono mediante una cirugía mínimamente invasiva.
A partir de las señales de electroencefalogramas (EEG) extraídas del cerebro del mono, lograron que este controlara activamente un brazo mecánico.
Según el profesor Duan, este experimento representa un gran avance en la investigación de la ciencia del cerebro y en las tecnologías de señales EEG de China, que pasan de ser pasivas a activas.
También supone innovaciones en la recogida de EEG en los vasos sanguíneos y la identificación de este proceso de manera intervencionista.
El experimento demuestra que la tecnología BCI de China ha alcanzado un nivel líder a nivel mundial, y que puede competir con Estados Unidos en este sector emergente y estratégico.
La BCI intervencionista, junto con la BCI invasiva y la BCI no invasiva, son las tres principales tecnologías en investigación y desarrollo (I+D) que involucran a este sector biocientífico emergente.
Un gerente de una empresa china de dispositivos BCI, que habló bajo condición de anonimato, le afirmó al diario oficialista Global Times este viernes que Estados Unidos, representado por la empresa de tecnología Neuralink fundada por el director general de Tesla, Elon Musk, tiene una clara ventaja en la tecnología BCI invasiva gracias a un temprano desarrollo.
Por su parte, China sobresale en tecnología no invasiva, ya que es precursora en decodificación y aplicaciones de sistemas cerebro-computadoras. EFE