¿Y si el primer Mundial de fútbol no lo ganaron los uruguayos ni se celebró en 1930 en Uruguay sino cuatro años antes en Argentina con la Albiceleste como campeona? Esta es la divertida idea con la que juega «Último recurso», última película de Matías Szulanski, que se estrena en cines el 11 de mayo.
«¿Qué hubiese pasado si Argentina ganó un mundial antes del primero que se conoce?», se pregunta el realizador argentino en una charla con EFE en Buenos Aires junto a las dos protagonistas del filme: María Villar, que encarna a Laura, periodista de una humilde revista deportiva, y Tamara Leschner, que interpreta a Julia, joven que decide hacer en esa publicación sus prácticas de comunicación.
Con el empujón de haber sido la película de apertura de la última edición del Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires, «Último recurso» llega ahora a las salas argentinas para mostrar al público general, según Szulanski, una historia de «periodismo, fútbol, investigación, amistad, enemistad y pasión».
UNA DIVERTIDA FICCIÓN
Todo comienza con la llegada de un paquete anónimo a la adormilada y decadente redacción de la revista. El primero de varios envíos con pistas que apuntan a que el primer Mundial se celebró en Argentina en 1926 y no en Uruguay en 1930. Y que lo ganó la anfitriona gracias a la gallardía de un jugador judío-argentino que supo humillar con sus goles a una Alemania que tenía entre sus futbolistas a Josef Mengele, que en la historia real fue el criminal nazi conocido como el «Ángel de la Muerte».
Un misterio que aviva el olfato periodístico de Laura y la lleva a emprender junto a su pupila una aventura investigadora para aclarar si todo es verdad o mentira. ¿Y si los nazis, ya en la década de 1940, lograron borrar ese primer Mundial de la historia oficial?
«La historia es un guion que me pasó Maximiliano Rodríguez, el guionista, en 2018. Es muy futbolero y le gusta mucho la revista El Gráfico, y también le interesaba mucho cómo fue cambiando el periodismo, que antes era más de aventura quizás, más de investigación analógica, y ahora, no quiero generalizar, pero es más de oficina que de calle, ¿no?», explica el realizador, de 31 años.
Villar, a quien le dieron ganas de participar nada más leer el guion, define su personaje como «una mujer de 40, medio resentida, obsesionada con la información» y considera «un desafío» encarnarla porque por lo general no la convocan para ese tipo de papeles.
«Me parecía novedoso, me daba miedo en el buen sentido. Y después vino el rodaje y la verdad es que dije: ‘lo estoy pasando particularmente bien’. Y así fueron las cuatro semanas, muy lindo el rodaje», señala sobre la filmación, que tuvo lugar entre junio y julio del 2022, meses antes de que Argentina ganara su tercera copa del Mundo, que habría sido la cuarta si la película -que es 100 % ficción- fuera real.
Szulanski desvela que uno de los primeros títulos pensados para el film fue «Las campeonas del mundo», algo que descartó tras el triunfo en Catar, porque podía quedar «demasiado redundante».
DEBUT DE LESCHNER
Este film siempre será especial para Leschner, ya que es su debut en cine: «Me acuerdo de que cuando Matías me mandó el guion, yo estaba trabajando en una fábrica, y lo empecé a leer ahí mismo. Pensé que el papel iba a ser menor y cuando me dijo cuál de todos los roles iba a cumplir no lo podía creer».
«Cuando empecé a rodar la película estaba a punto de recibirme (titularme), soy ingeniera en alimentos en realidad y trabajaba de eso, pero yo siempre supe que después de terminar de estudiar quería retomar la actuación, pero no pensé que iba a ser como tan de golpe», indica Tamara, que tiene 27 años y había estudiado actuación y música -incluso toca la flauta en el filme- antes de centrarse en sus estudios universitarios.
Szulanski hizo su primer largometraje, la pequeña producción «Reemplazo incompleto», en 2016, tras la que llegaron otras tantas «un poquito más grandes, pero igual tranquilas», como por ejemplo la comedia «Juana Banana» (2022).
De origen judío y sin antecedentes cinematográficos familiares, fue a los 19 años cuando se sintió tentado a hacer filmes, y espera que «Último recurso» llegue a la mayor cantidad posible de espectadores.
«Se necesita dinero para ciertas cosas pero también se puede hacer película sin dinero. Mi primera película salió 2.000 pesos hacerla. Obviamente tiene muchísimas, muchísimas limitaciones, pero es una película. Yo siempre soy de la idea de que es mejor hacer una película así, chiquitísima, a tener el mejor guión o proyecto pero no hacerlo», concluye. EFE