«No me abandonen, aquí estoy», pidió este lunes 15 de mayo de 2023, Elizabeth Otavalo, madre de la abogada María Belén Bernal, asesinada en septiembre del año pasado, al iniciar hoy el juicio de femicidio de uno de los casos de violencia contra las mujeres que ha generado mayor conmoción en Ecuador.
«No es dinero, como me dicen, no quiero plata, ningún dinero del mundo devolverá la vida de María Belén. Aquí estoy yo dando la cara por mi hija, gritando por mi hija, porque simplemente la mataron o no hicieron nada», dijo Otavalo.
Al revelar sus primeras impresiones del inicio del juicio, Otavalo se mostró «completamente sorprendida» porque la defensa de Cáceres quiso anular todo el proceso diciendo que nunca tuvo una defensa. Pero ya está determinado. «No lo aceptaron, gracias a Dios».
En declaraciones a la prensa recordó que en la audiencia, que es reservada, se han tomado los testimonios de los testigos.
El Tribunal que sigue la causa «está en lo que debe estar, entonces seguimos adelante«, comentó tras las primeras horas de audiencia en la que Cáceres compareció a través de videoconferencia.
«Quisiera verle a la cara (a Cáceres)» porque «sería la primera vez que le he visto en 8 meses, pero tras cámaras, por medio de Zoom», indicó.
«Lastimosamente el hombre no me podrá ver a la cara. Él mató a mi hija», subrayó Otavalo.
«No es autor confeso»
Sebastián Espinosa, abogado defensor de Cáceres, comentó durante un receso a la prensa que testimonios ni peritajes; sin embargo, lo que «sí les puedo adelantar es que, por el momento, no está demostrándose absolutamente nada» en el proceso.
Espinosa se sumó hace un mes al equipo de abogados de Cáceres, quien pidió que sea excluido del mismo el letrado Édison Burbano.
Por estrategia de la defensa no reveló lo que solicitarán en la audiencia y señaló que Cáceres «no es autor confeso», que su versión inicial «fue libre y voluntaria, y se puede cambiar».
Cáceres, el principal sospechoso, tras arrancar las indagaciones sobre el rimen, se dio a la fuga y permaneció en paradero desconocido hasta finales de diciembre, cuando fue capturado en Colombia.
En el caso también está procesado el teniente Alfonso Camacho, al que se le acusa de no haber auxiliado a la víctima que, al parecer, lanzó gritos desde una habitación donde se encontraba con su marido al norte de Quito.
«No se escuchan peleas»
Olga Vizcarra, madre de Camacho, insistió este lunes en la inocencia de su hijo quien «estaba dormido» mientras Cáceres y Bernal estaban en la Escuela de Policía, según dijo.
«Lamentablemente, por ser una situación mediática y por suposiciones de la señora Otavalo y sus abogados, no es justo que mi hijo sea culpado, si él no cometió absolutamente nada, él siempre ha dicho la verdad desde el principio», añadió.
Y comentó que en una grabación realizada por Bernal la noche del suceso, «no se escuchaban peleas y lo que le dicen a mi hijo es que estaba escuchando la pelea, los golpes y él no hizo nada».
«¿Cómo se puede decir que escuchó alguna cosa, si en los audios no existió pelea?», anotó al pedir «justicia» por su hijo. EFE