La tecnología tiene su espacio en los museos de Cuenca. Conozca las propuestas
Una sala, en cuyo espacio, a través de unos auriculares, se pueden escuchar las voces recreadas de Remigio Crespo Toral o Honorato Vázquez; o una plataforma virtual que permite hacer el recorrido, en tercera dimensión, del AcllaHuasi del Pumapungo; o imágenes de cuadros restaurados por una aplicación que funciona con inteligencia artificial.
Estos son algunos de los elementos que, mediante la tecnología e innovación de historiadores y museógrafos, en los dos últimos años, han llegado a ser parte de los museos de Cuenca.
Y es que esos sitios ya no solo son lugares en donde se custodia el pasado. Una vez que la pandemia arribó y con ella la irrupción de la tecnología y digitalización, los museos empezaron a repensar en su función. Y Cuenca no se quedó atrás.
Basta con caminar por el Centro Histórico y adentrarse a sus museos públicos y privados para conocer cómo la tecnología se sumó al cambio de presentar sus colecciones, sus archivos o exposiciones.
Entre los que repensaron su función en los tiempos actuales estuvo el Museo Remigio Crespo Toral. A sus 75 años de fundación, cumplidos en marzo de 2022, la institución optó por presentar dos exposiciones que muestran a la Cuenca de hace un siglo.
En esa presentación se usaron recursos audiovisuales, entre estos: una sala sonora en la que el público puede escuchar la recreación de las voces de Remigio Crespo, Honorato Vázquez, Julio Matovelle y Remigio Cordero y León.
“La idea es que los jóvenes de alguna manera interactúen y puedan imaginarse cómo fue una reunión de estos personajes, qué es lo que hablaban”, contó Ximena Pulla, responsable del Museo Remigio Crespo.
Del por qué empezaron a implementar espacios interactivos usando la tecnología actual se basó, según Pulla, en atraer nuevos públicos que no estaban acostumbrados a ingresar a un museo, en romper con ese concepto erróneo que tienen los museos como lugares élites.
Tras ello, con base a la reconceptualización del espacio, el Museo Remigio Crespo cuenta con dos exposiciones que usan tecnologías y que continúan activas para el deleite de los cuencanos y de los visitantes.
Pumapungo virtual
Otro de los espacios que no se quedó atrás fue el Museo y Parque Arqueológico Pumapungo.
En el 2022, con un fondo económico de la Embajada de los Estados Unidos y con el apoyo de CYARK (una organización especializada en la documentación digital), se presentó un tour virtual con el que se puede conocer la historia y los muros del AcllaHuasi, el sitio icónico que se encuentra en la parte alta del Pumapungo.
A través de una plataforma, a la que se puede acceder mediante la página web: https://www.cyark.org/, las personas, desde cualquier parte del mundo, con internet, tienen la oportunidad de acercarse a uno de los espacios más emblemáticos de Cuenca.
“Lo que queremos no es solo llevar el Pumapungo a gente de otros países, también pensamos en los grupos que se encuentran aquí mismo, en la parte periférica, a comunidades, que quizá por los paradigmas que ellos puedan tener no accedan a los espacios”, dijo Yair Gárate, director del Museo Pumapungo.
En una siguiente etapa, agregó Gárate, la idea es continuar con la digitalización de los objetos que custodia el Pumapungo para ponerlos a disposición de los distintos públicos. Por ahora ya se ha digitalizado algunas piezas arqueológicas.
La tecnología como mediación
Los recursos tecnológicos se han convertido en un medio para acercar e interpretar lo que guardan los museos de Cuenca, para mostrar el pasado con tecnología del presente.
Un ejemplo de esto se puede observar en el Museo de las Conceptas que, en su reapertura, además de presentar una renovada muestra con sus obras, exhibió unas imágenes de cómo se verían algunos de sus pinturas restauradas.
Para ello, el historiador Juan Martínez hizo una suerte de ejercicio con MyHeritage, una aplicación que utiliza inteligencia artificial.
Si bien el resultado recae en “cómo sería”, la tecnología se ha convertido en un aliado para enseñar a los nuevos públicos la historia de la ciudad a través de miles de objetos que hoy son patrimoniales.
“La tecnología actual puede aportar considerablemente, puede ayudar en los procesos de educación muchísimo, pero hay que buscar un equilibrio importante”, opinó Gabriela Vázquez, directora del CIDAP.
Para Vázquez está bien cuando la tecnología es una herramienta de mediación, de entendimiento. No obstante, en todo este proceso en el que los recursos tecnológicos se adentraron a los museos, estos no tienen nada que ver con el proceso tangible. Porque al final, lo físico, lo que se puede tocar y vivir, siempre va a estar sobre lo digital, sobre la tecnología actual que, de a poco, llega a los museos de Cuenca. (I)