Las Naciones Unidas pidieron hoy «con urgencia» 396 millones de dólares para evitar que «una crisis de hambre y desnutrición» en el noreste de Nigeria, bastión de grupos yihadistas como Boko Haram o el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP), «se vuelva totalmente catastrófica».
«Más de medio millón de personas pueden sufrir niveles de emergencia de inseguridad alimentaria, con tasas extremadamente altas de desnutrición aguda y mortalidad, si no se da un aumento rápido y significativo de la asistencia humanitaria», advirtió la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en un comunicado.
Asimismo, la OCHA indicó que «es probable que unos dos millones de niños menores de cinco años» en los estados nigerianos de Borno, Adamawa y Yobe «sufran emaciación este año», una forma de malnutrición potencialmente mortal que provoca una delgadez y debilidad extremas en los niños, así como deficiencias en su crecimiento, desarrollo y capacidad de aprendizaje.
Según esta oficina de la ONU, el hambre se ha extendido en la región como «resultado de años de conflicto e inseguridad», así como por el aumento del precio de los combustibles y alimentos, una crisis de efectivo de monedas locales a principios de este año, y el impacto de choques climáticos, como las inundaciones de 2022.
Ya el pasado mes de abril, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) señaló haber registrado en lo que iba de año un aumento «sin precedentes» en el número de hospitalizaciones de niños y niñas por desnutrición en el estado nororiental de Borno.
«No hemos visto nada como esto desde que iniciamos nuestras operaciones aquí en 2017», dijo entonces en un comunicado Htet Aung Kyi, coordinador médico de la ONG.
En enero, cada semana ingresaban alrededor de 75 menores por desnutrición aguda grave, el triple de la media registrada en el mismo periodo durante los últimos años, mientras a principios de abril ese número subió a cerca de 150, el doble que en 2022.
El noreste de Nigeria sufre la violencia de Boko Haram desde 2009, que se agudizó a partir de 2016 con la aparición de su escisión, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP, por sus siglas inglés).
Ambos grupos buscan imponer un Estado de corte islámico en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiano en el sur.
Boko Haram y el ISWAP han matado a más de 35.000 personas y han causado unos 2,7 millones de desplazados internos, sobre todo en Nigeria, pero también en países vecinos como Camerún, Chad y Níger, según datos gubernamentales y de las Naciones Unidas. EFE