A la hora del juicio político todo estaba dicho. Se aprestaban, con o sin la destitución del presidente Lasso, a llevarse el país en peso. No importaban los votos: tenían un CAL nuevito sin nadie de la bancada de oposición; una mayoría de adeptos al correismo en ese engendro de Montecristi llamado CPCCS con Alambert Vera a la cabeza, quien acusó a diario El Universo a nombre de Correa y con la venia del juez “Jhon Walls” alias “chucky seven” condenar al diario al pago de 80 millones de dólares por un articulo de opinión de Emilio Palacio a quien iniciaron una brutal persecución.
Habían anunciado, soterradamente, los principales objetivos: cambiar al contralor, manejar las superintendencias, poner un fiscal general a su medida, y tomarse la justicia íntegramente. Con eso, bendecir la impunidad y preparar el regreso de los fugados y condenados dispersos en varios países. Querían seguir vagando en la Asamblea Nacional (AN) conflictuando al país con operadores como IZA y el ala de los atormentados o rebeldes, sueltos como almas en pena buscando a donde llegar.
La “Muerte Cruzada” era necesaria, el presidente Lasso acusado por algo que no cometió, no podía ser el trofeo de una oposición beligerante e ignorante en sus argumentos, en su gestión, en sus discursos algunos de ellos llenos de odio personal cargados de inhabilidades comunicacionales. Varios de los ex asambleístas no saben leer, ni tienen idea de la realidad ecuatoriana. Así se fueron todos, la gran mayoría de los exparlamentarios cargarán el peso de haber sido integrantes de la peor AN de la historia. Ojalá los mediocres no vuelvan nunca, aunque con la forma de manejar la política populista, a lo mejor regresan o llegan otros peores. Eso es lo que se debe impedir con el voto pensante de la mayoría de los ecuatorianos.
El 20 de agosto de 2023 será la primera vuelta electoral; el país que ha sentido inmensa satisfacción por esta medida constitucional clama por la unidad de los partidos y movimientos serios para detener al aparataje de los ineptos políticos. Es fundamental buscar un candidato a la presidencia que cumpla con los requisitos de transparencia, ejecutividad y sobre todo posea un liderazgo detonante para este período de transición. Y por supuesto, es imperioso configurar una Asamblea Nacional eficaz para aliviar las precariedades de los ecuatorianos a través de generar leyes urgentes, rezagadas por el sectarismo. Los próximos días serán de profunda reflexión sobre el futuro del país; el tiempo apremia. Toda nuestra concentración para tomar las decisiones correctas; iremos monitoreando los eventos políticos y desenmascarando a los oportunistas. (O)