Más de 160 científicos de todo el mundo, expertos en contaminación acústica en el mar, se reúnen desde hoy lunes y durante toda la semana, en el congreso OCEANOISE2023, organizado por el Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas (LAB) de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) en Vilanova i la Geltrú (Barcelona, noreste).
El congreso internacional pretende, según ha avanzado la UPC, debatir sobre los problemas que genera el ruido de origen humano en el mar y las posibles soluciones para mitigar sus efectos en la fauna marina.
El congreso se celebra en el Auditorio Eduard Toldrà de Vilanova i la Geltrú y fue inaugurado por el director del Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas (LAB) de la UPC, Michel André, considerado un referente mundial en la contaminación acústica marina, y la alcaldesa de Vilanova (noreste), Olga Arnau.
El encuentro reúne a especialistas de 25 países: Estados Unidos, Canadá, China, Japón, Taiwán, Reino Unido, Francia, Portugal, España, Alemania, Polonia, Italia, Holanda, Bélgica, Australia, Islandia, Suecia, Dinamarca, Noruega, Israel, Nueva Zelanda, Corea, Hungría, Brasil y Sudáfrica.
«Los asistentes son los máximos expertos internacionales en medidas, mapeo y modelización del ruido en el océano, efectos fisiológicos y de comportamiento en el medio marino, así como en procedimientos de regulación y mitigación», resaltaron los organizadores.
A lo largo de las semana tratarán, en distintas sesiones que incluyen ponencias y charlas, la problemática de la contaminación acústica en el mar generada por el transporte de mercancías, la pesca o las prospecciones geofísicas, la construcción de parques eólicos o las maniobras militares, entre otros asuntos.
También presentarán la última tecnología disponible para medir el ruido en el mar.
El LAB de la UPC, vinculado a la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Vilanova i la Geltrú (EPSEVG), es reconocido internacionalmente como laboratorio de investigación líder en el estudio de los efectos de la contaminación acústica en el océano.
Este laboratorio demostró en varios estudios que los organismos marinos, incluyendo los cetáceos, peces e invertebrados, pueden sufrir graves lesiones auditivas causadas por la exposición continuada a niveles de sonido de baja frecuencia.
El LAB también demostró cómo afecta el ruido de origen antropogénico a las praderas de Posidonia.
Los biólogos marinos destacaron que todas estas especies marinas tienen un papel esencial en el equilibrio de los océanos y, si se ven amenazadas por la actividad humana, se puede desequilibrar toda la cadena alimentaria y afectar a la biodiversidad de los ecosistemas oceánicos. EFE