El tiempo pasa volando. Así es. Parece que hace poquitas horas el presidente del Ecuador aplicó la muerte cruzada. Todos los asambleístas se fueron a su casita. Los “distinguidos” que se dedicaron a felicitar a imitadores, a celebrar el día del plato típico y tanta ocurrencia más, se marcharon entre lágrimas y sollozos. Usted sabe my friend, sueldito de cuatro lucas no hay muchos en este país. Si quieren ganar ese billete tendrán que buscar otras fuentes de ingreso, pero no creo que lo hagan.
Pero hay algunitos que son tercos como mulas. Ruditos. Porfiados. Ya están asomando de nuevo. Se han puesto una nueva camiseta y dicen que ahora apoyarán a otros candidatos. ¡Qué care tucos! Dicen que han hecho un buen trabajo en el defenestrado congreso. Así que están de nuevo en la carrera para alcanzar un escaño.
Me pregunto ¿Qué hicieron por el país? ¿De pronto se preocuparon por las condiciones de trabajo? ¿Algo para frenar la ola de inseguridad? ¿Normaron para detener los actos de corrupción en las entidades públicas? ¿Analizaron la tan discutida tabla de consumo de drogas? ¡No hicieron nada! Solo bloquearon las iniciativas del gobierno y uno que otro diezmo. Ya dijo un honorable que el sueldo no alcanza, por eso hay que cachuelear.
¿Qué mal hemos hecho los ecuatorianos para merecernos asambleístas tan desastrosos? No son capaces de escuchar los pedidos de la población. Nuevamente vivimos un éxodo migratorio. Las familias se marchan a otros países en busca de una vida mejor, porque aquí la situación es grave y huele a bala.
Por eso, lo que nos jugamos en pocos meses es crucial. Analice profundamente la papeleta electoral. No crea que por ser talento de televisión o cualquier influencer aparecido van a atender sus necesidades. ¡Queremos políticos de verdad! (O)