Un reportaje del New York Post, editado en los Estados Unidos, reseñado por El Mercurio, muestra la parte dura de los migrantes ecuatorianos. Hablamos de quienes se fueron sin cumplir con los requisitos exigidos por la ley norteamericana.
Ellos cumplieron su sueño: llegar a ese país endeudándose en el Ecuador y poniendo en riesgo sus vidas.
Ya en la “tierra prometida” despiertan del sueño y se topan con la realidad. Las fotografías del reportaje muestran escenas similares a las existentes en el Ecuador: mujeres con niños en sus espaldas en calidad de vendedoras ambulantes, una actividad prohibida en aquella nación, peor la de exponer a los hijos al peligro, por lo cual hasta podrían quedar bajo custodia del Gobierno americano.
Venden frutas picadas y botellas de agua en las calles, en el Metro, en los alrededores de restaurantes y centros comerciales de New York.
Según testimonios de las mujeres entrevistadas, no consiguen trabajo. En consecuencia, para sobrevivir remedan la informalidad, las costumbres locales, sin medir las consecuencias. Una cosa es practicarlas en el Ecuador; otra, muy diferente en los EE.UU.
Para el colectivo Ecuatorianos por el Mundo urge la intervención de las autoridades diplomáticas. Las de New York han sido alertadas sobre las condiciones precarias de niños y niñas. Bien pueden, según sus leyes, retirarlos y ponerlos bajo la custodia del Estado norteamericano.
Recuperar la custodia es una tarea “cuesta arriba”. Esto lo saben los abogados, cuya tarea de lidiar con la autoridad americana es durísima, por no decir imposible.
Una parte de la realidad socio económica del Ecuador la reflejan nuestros migrantes indocumentados en los Estados Unidos, a donde van con la utopía de “conseguir días mejores”.
Ojalá la Cancillería ecuatoriana tome nota del citado reportaje y actúe, en especial por la niñez.
Informales del Ecuador en EE.UU.
Un reportaje del New York Post, editado en los Estados Unidos, reseñado por El Mercurio, muestra la parte dura de los migrantes ecuatorianos. Hablamos de quienes se fueron sin cumplir con los requisitos exigidos por la ley norteamericana.
Ellos cumplieron su sueño: llegar a ese país endeudándose en el Ecuador y poniendo en riesgo sus vidas.
Ya en la “tierra prometida” despiertan del sueño y se topan con la realidad. Las fotografías del reportaje muestran escenas similares a las existentes en el Ecuador: mujeres con niños en sus espaldas en calidad de vendedoras ambulantes, una actividad prohibida en aquella nación, peor la de exponer a los hijos al peligro, por lo cual hasta podrían quedar bajo custodia del Gobierno americano.
Venden frutas picadas y botellas de agua en las calles, en el Metro, en los alrededores de restaurantes y centros comerciales de New York.
Según testimonios de las mujeres entrevistadas, no consiguen trabajo. En consecuencia, para sobrevivir remedan la informalidad, las costumbres locales, sin medir las consecuencias. Una cosa es practicarlas en el Ecuador; otra, muy diferente en los EE.UU.
Para el colectivo Ecuatorianos por el Mundo urge la intervención de las autoridades diplomáticas. Las de New York han sido alertadas sobre las condiciones precarias de niños y niñas. Bien pueden, según sus leyes, retirarlos y ponerlos bajo la custodia del Estado norteamericano.
Recuperar la custodia es una tarea “cuesta arriba”. Esto lo saben los abogados, cuya tarea de lidiar con la autoridad americana es durísima, por no decir imposible.
Una parte de la realidad socio económica del Ecuador la reflejan nuestros migrantes indocumentados en los Estados Unidos, a donde van con la utopía de “conseguir días mejores”.
Ojalá la Cancillería ecuatoriana tome nota del citado reportaje y actúe, en especial por la niñez.