El ascenso de la derecha en las elecciones locales llevó este lunes 29 de mayo de 2023 al presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, a adelantar a julio los comicios generales en España, en plena presidencia española de la Unión Europea.
En una decisión rápida -el día después de las elecciones municipales y regionales- y radical, en vez de otras como un cambio en la composición del Ejecutivo, Sánchez optó por convocar para el 23 de julio la cita electoral que se esperaba para diciembre.
Una reacción que sorprendió no solo a sus rivales políticos, sino incluso a su propio partido y que pone a España de nuevo en la carrera electoral tan solo un día después de haber acudido a las urnas.
ASCENSO DE LA DERECHA
El conservador Partido Popular obtuvo cerca de siete millones de votos en las elecciones para los ayuntamientos de todo el país y para doce de los diecisiete gobiernos regionales, unos 761.000 más que los socialistas.
Este avance permite a los conservadores consolidar plazas clave en la política española, como Madrid, y arrebatar otras a los socialistas con el apoyo de la extrema derecha de Vox, que también mejora sus resultados.
Y no solo los socialistas pierden poder local y regional, sino que su socio en el Gobierno de España, la formación de izquierda Unidas Podemos, que concurría dividida en distintas siglas, cae hasta el punto de quedar sin representación en circunscripciones electorales que pueden marcar el pulso de la política española, como es Madrid.
Sánchez decidió un adelanto al asumir «en primera persona» esos resultados, ante un escenario de un Gobierno central de izquierda debilitado en las urnas frente a ejecutivos locales dominados por una derecha eufórica, con riesgo de un mayor desgaste hasta completar la legislatura a pesar de la proyección que puede suponer la presidencia europea.
El mensaje de la urnas «va más allá» de la política local y «lo mejor es que tomen la palabra los españoles y se pronuncien», sentenció el también secretario general del partido socialista PSOE, poniendo así fin al primer Gobierno de coalición en más de cuarenta años desde la recuperación de la democracia en España.
Que decidan por tanto las urnas, en vez de otras vías, como haber intentado alguna nueva alianza para completar la legislatura.
DE NUEVO EN CARRERA ELECTORAL
Los socialistas, tras reconocer que el adelanto solo lo sabía el «núcleo duro» que rodea a su líder, asumieron el reto confiados en movilizar al votante de izquierda ante el riesgo de que llegue al poder en España una coalición entre conservadores y ultraderecha.
Sus hasta ahora socios de Unidas Podemos ya trabajan para recuperar la unidad e intentar que vuelvan a formar parte de una candidatura común distintas siglas que pueden dispersar a sus votantes, como se ha visto este domingo, aunque el tiempo corre en su contra para cerrar coaliciones sin el margen que hubieran tenido de no haberse producido este adelanto.
En cambio, el líder de los conservadores, Alberto Núñez Feijóo, llamó a culminar en julio su ascenso, confiado en que los «españoles han dicho ‘hasta aquí hemos llegado‘» a la izquierda.
Incluso su líder en la región de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, habló de «rendición» de Sánchez al estar «en un callejón sin salida».
El presidente de Vox, Santiago Abascal, mostró «mano tendida» al PP si fuera necesario pactar tras las generales.
Unas elecciones que llegarán poco después de que España asuma el 1 de julio la presidencia de turno de la Unión Europea, algo de lo que ya existen precedentes en Francia y Polonia.
Al ser una presidencia de país, no del Gobierno que lo dirige en ese momento, si hubiera un cambio político en España no debería afectar a lo esencial de las prioridades del semestre, pues muchas de ellas las marcan las instituciones europeas.
Esta es la primera vez que unas elecciones locales provocan un adelanto electoral tan rápido en España y que los españoles se vean ante las urnas en plenas vacaciones de verano, tras haber empezado ya una precipitada cuenta atrás para el 23 de julio. EFE