Esa frase es la carta de presentación de algunos candidatos a la Presidencia de la República, al escucharla empiezo a desconfiar, pues no me cabe en la cabeza, que alguien que reniega de la condición pretenda ocupar el cargo más político de un Estado. Esa declaración, en mi opinión, lleva implícita el reconocimiento de las limitaciones para enfrentar los desafíos que la función exige, convirtiéndose además en la primera mentira de tantas otras que se dirán al electorado.
Guardando las distancias, me imagino diciendo suelto de huesos, aquien va a practicar una intervención quirúrgica que no es cirujano, o a quien vaya a pilotar un avión que no es piloto. En estos dos casos, paciente y pasajeros seguro saldríamos corriendo para proteger nuestra vida.
Frente al desprestigio de la actividad política, los “no políticos” resultan atractivos para una gran parte de la población que termina avalando la incoherencia.
Mientras la ley no cambie, seguiremos escuchando este y otros dislates. (O)