Hablar, denunciar, quejarse del centralismo imperante en el Ministerio de Transporte y Obras Públicas –MTOP- no son ninguna novedad.
Esa ha sido una práctica desde cuando fue creado ese Ministerio. Y no solo en este. También en los otros; y entre todos configuran esa nociva e inequitativa manera de administrar el Estado.
Un poco más de un mes duró Dora Ordóñez en la Zonal 6 del MTOP. Renunció por “falta de recursos” y el “terrible centralismo”.
Ella lo sabía, como lo sabían los extitulares del Ministerio cuencanos, en cuyas manos la provincia del Azuay, la siempre preterida en materia vial, ponía sus esperanzas.
Claro, ningún ministro tiene la potestad de tomarse todo o gran parte del presupuesto a su cargo para invertir únicamente en su provincia.
Usando la terminología centralista, “en la matriz” del MTOP se toman las decisiones, donde se hacen los estudios para las obras; y, en algunos casos, como se dice en el Azuay, donde “se hacen los estudios de los estudios”.
Para el centralismo, el tiempo no cuenta; peor los reclamos, a veces como tono de súplica.
Terminó el plazo de la emergencia vial decretada por el gobierno en varias provincias. Azuay entre ellas. Y nada. Ahora se prevé para agosto próximo.
Algo más: los pasos legales para contratar duran meses y meses. Para hacerlo de manera directa se declara la emergencia. Pero ni esto sirve.
Y, para rematar, la Cámara de Consultoría de Cuenca toma las palabras de Dora Ordóñez para plantear otra denuncia al ministro César Rohon: los fiscalizadores de las obras a construirse en Azuay no serán de la provincia. Han “cambiado la lista”. Se supone en “la matriz”.
Según la Cámara, eso “afecta los intereses de los profesionales cuencanos”.
Esto tampoco es novedad. Los contratados por el centralismo vienen a Cuenca, subcontratan y se van. Si hay reclamos no se sabe a quién hacerlo.
El MTOP busca al reemplazante de Ordóñez para seis meses y bajo sus mismas reglas.