Inventos luminosos

Pese a su fama de época oscura, la Edad Media aportó inventos luminosos que forman parte de nuestra cotidianidad. Una de las invenciones más útiles fueron los lentes, creados para los monjes que pasaban horas copiando manuscritos con poca iluminación, desarrollando problemas en su visión. Uno de ellos mandó a hacer una montura para acoplar un par de lentes y poder leer mejor, creando así los primeros anteojos.

Otro invento fue el reloj de arena que desplazó al de agua debido a su mayor precisión. El primero en aparecer fue fabricado por un clérigo francés. También se crearon los relojes mecánicos en el Imperio Bizantino que consistían en un mecanismo de ruedas y pesas; perfeccionándose estos en Europa Occidental. Las ventanas con cristales fueron otra invención. Antes de eso acostumbraban taparlas con materiales pesados y oscuros como tapices y telas. El catalejo surgió en aquella época. Pero no fue sino hasta finales del Renacimiento que evolucionó en el primero telescopio.

La cerveza, una de las bebidas más populares, solía estropearse con rapidez hasta que empezaron a añadirle un nuevo componente: el lúpulo. Esto hizo que mejorara su conservación y transportación sin que se descompusiera. Uno de los campos en los que hubo más adelantos fue en la navegación. En los siglos XII y XIII se crearon las primeras brújulas secas. Estas estaban montadas en un eje en el interior de un dispositivo de metal, siendo más precisas que las brújulas húmedas, que se usaban hasta entonces.

El papel, que fue un invento chino, cruzó las fronteras asiáticas en el Medioevo. Gracias a la conquista islámica se difundió por toda Europa. A este invento se sumó el de la imprenta que, antes de Gutenberg, consistía en una plancha de madera tallada para una sola página. Luego, con los tipos móviles creados por él, se contaba con una pieza para cada carácter o símbolo que se podían reordenar según la necesidad, acelerando el proceso de impresión.

Con el aumento de documentos en circulación, a finales de la Edad Media se empezó a usar un sistema de autentificación, “la marca de agua”, que sigue vigente hasta hoy. Se ejercía presión con un rodillo sobre el papel húmedo para dejar marcado un sello, creando una diferencia de espesor, de ahí su nombre.

No todo fue oscuro en el Medioevo, sus invenciones luminosas han traído luz hasta nuestros días. (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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