Exceso de velocidad, mayor incidencia en accidentes de tránsito

Eran las 23:00 del domingo 15 de mayo de 2020, cuando Carlos Pinto cruzaba la calle hacia su casa y no se percató que un vehículo venía a velocidad. Por fortuna logró escapar de ser arrollado, pero el automotor perdió pista y se volcó.

Ha pasado un año de aquel siniestro que quedó en la memoria de Pinto, que lo presenció y casi fue víctima fatal. Él contó que el conductor salió ileso también y solo se registraron pérdidas materiales. Iba a exceso de velocidad.

Como estos relatos hay casi a diario en las diferentes vías del país y Cuenca no es la excepción, incluso en las arterias urbanas. En la última semana de mayo, el país se estremeció con múltiples accidentes de tránsito que involucraron buses, vehículos pesados y livianos.

Cuenca también registra siniestros con víctimas mortales y decenas de heridos como lo sucedido en Tarqui, el 29 de mayo, cuando un bus perdió pista y producto de aquello, dos personas fallecieron y 12 resultaron con graves golpes y heridas.

En los cuatro primeros meses de 2023, la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) registró 736 fallecidos y 5.891 heridos en todo el país. Esto equivale a un promedio de seis muertes diarias, lo que representa un mayor número de fallecimientos desde 2019.

Estas estadísticas dan cuenta las principales causas de siniestros de tránsito: manejo distraído en un 23%, no respetar las señales de tránsito con el 19% y conducir superando los límites de velocidad en un 16%. El 42% es por otras causas.

Siniestralidad en Cuenca

Cuenca registró 262 siniestros con 269 personas lesionadas y 15 fallecidas, convirtiéndola en una de las cinco ciudades con más siniestros a escala nacional.

Se trata de la cifra más alta de los últimos cinco años, según Sofía Gordón, representante de la Coalición por la Movilidad Segura. Ella detalló las cifras en un conversatorio sobre ‘Ciudades seguras, velocidades controladas’, desarrollado junto con la Universidad Politécnica Salesiana, autoridades y expertos en el tema.

A su criterio, la velocidad se posiciona como el principal factor de riesgo, “ya que está asociada con diversos comportamientos peligrosos en las vías como adelantar o rebasar en zonas de riesgo, no mantener la distancia adecuada, no respetar señales o semáforos y realizar cambios bruscos de carril”.

Además, se refirió a un estudio de la Organización Panamericana de la Salud, que demuestra que un aumento del 5% en la velocidad promedio conlleva un aumento aproximado del 20% en el número de siniestros con víctimas mortales.

La situación de radares

La instalación de los radares es un tema álgido en la ciudad. El informe técnico, jurídico y económico sobre los radares instalados en Cuenca están concluidos, según informó Darío Ordóñez, gerente de la Empresa Municipal de Movilidad (EMOV EP).

El funcionario indicó que será el directorio de la entidad el que tome la resolución para continuar con el proceso.

Adelantó que se cumplirán los dos meses para dar de baja este contrato y se ha recorrido aproximadamente un 70% del camino y la ciudadanía tendrá una respuesta que será en su bienestar y evitar los abusos presentados.

Acotó también que existen problemas técnicos y jurídicos, por ejemplo, en la inversión que lo hacen un valor menor a lo establecido, no existen permisos municipales y otras para el funcionamiento de los radares, problemas de la homologación, entre otros.

Ante esta decisión, los miembros de la Coalición coinciden en que esta situación es alarmante, además de las cifras de siniestralidad porque esa intención de algunas alcaldías de no utilizar radares para controlar la velocidad o de no renovar contratos debido a cobros indebidos o excesivos es contraproducente.

Gordón recalcó que se ha demostrado que cuando se utilizan de manera adecuada, tanto los radares como otras tecnologías tienen un impacto significativo en la disuasión de comportamientos peligrosos asociados con el exceso de velocidad en las carreteras.

A ello se suma la percepción de la ciudadanía de que son dispositivos que únicamente sirven para aplicar sanciones. Sin embargo, para Paola Carvajal miembro de la Coalición y ponente del conversatorio, el radar no es el enemigo sino se trata de un equipo que da información y permite controlar velocidades.

Lo que debe existir, según Carvajal, es un modelo de gestión transparente y con este se refiere en demostrar los procesos de homologación, calibración, a dónde va el dinero, entre otros aspectos. “Esto si se transparenta, los ciudadanos lo van a recibir y comprender con buenos resultados que se buscan, sobre todo menos fallecidos en las vías”, aseguró.

Recomendaciones

Lograr que las personas asocien los mecanismos de control con la reducción de siniestros no con una visión recaudatoria, sino con sanciones alternativas y morales. Al principio, por ejemplo, foto del exceso de velocidad (en el marco de buenas prácticas), entre otras.

Informar a la población sobre medidas de control de la velocidad y la importancia del trabajo con autoridades para un enfoque de visión preventiva y también económica respecto al impacto de los siniestros. 

Incorporar tecnología con cámaras de velocidad fijas y móviles, controles por radar y sistemas de control en los vehículos de los agentes de tránsito y Policía Nacional.

Datos

6.547

accidentes de tránsito ocurrieron en el país entre enero y abril de 2023, según la ANT.

20

veces mayor es el riesgo de muerte en un choque con velocidad de impacto de 80km/h que de 30 km/h.

50

km/h es una velocidad demasiado alta en entornos donde los vehículos motorizados y los usuarios vulnerables de la vía interactúan y comparten un mismo espacio.

5% de disminución en la velocidad media conduce a una disminución de aproximadamente el 10% en todos los siniestros con heridos y un 20% de disminución de siniestros mortales.

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