Así es, mis amigos. Las candidaturas para las elecciones anticipadas se han inscrito y ahora viene lo bueno. Sí. Lo bueno del baile y de los retos virales en las redes sociales. Ya estoy viendo a los candidatos echarse un bailecito de algún trend o retos virales. ¿Con qué fin? Conectar con el voto de los jóvenes.
A ver. Hagamos un poco de análisis. ¿Quién les ha dicho a estos distinguidos ciudadanos que bailar en una pantalla da votos? Esperen un momento. ¡Es cierto! En nuestro país salir en pantalla, bailar en algún reality o estar en medio de los chismes de la farándula es una escuela para iniciarse en la política. ¡Qué equivocado he estado!
Bueno, eso es lo que hay. Me he desviado del tema, retomemos. En una campaña electoral los videos graciosos o de alguna coreografía circense no dan votos. Está bien, tendrá unos cuantos, por hacer el ridículo, pero no garantiza que el candidato ganará.
Lo que da mucha notoriedad es una historia bien narrada. ¿Cómo? Lo explico. Cuente hechos que conecten con las necesidades de la población. Que le diga claramente cómo va a solucionar una problemática. Pero falta más. Si a esta carga emocional aplica uno de los principios de la propaganda electoral, que es la repetición, los resultados serán interesantes.
Pero no se confíe. Recuerde como las coloradas del Partido Social Cristiano empapelaron la provincia con sus imágenes. Hasta tenían esposos asesores en comunicación política. ¡Qué rimbombates esos cargos!, pero ni aun así pudieron reelegirse. ¿Saben por qué? Repitan conmigo: una mala gestión o falta de liderazgo no se arregla solo con comunicación.
Así que, my friend, si se cruza con algún candidato ocurrido hágase a un ladito. ¡Abra cancha! Ese ser humano necesita espacio para menearse y convencerlo de que hará un papel extraordinario cuando sea autoridad. (O)