Elecciones con miras a 2025

Gerardo Maldonado Zeas

Los comicios “flash” del 20 de agosto probarán si el CNE ha mejorado en algo. La población se quedó con sinsabores por los apagones ocurridos en las elecciones anteriores, justo en los momentos del conteo, haciendo presumir que algo anormal sucedía.

Este sufragio es diferente por ser de transición para completar un período detenido por aplicación de un mecanismo constitucional, que a todas las instancias electorales les ha puesto a correr en la organización, y a los actores políticos a inteligenciarse en las estrategias de corto plazo a aplicar para no quedarse fuera. Así, se generaron alianzas raras, mezclándose los afanes partidistas con los personales; ha habido algunos renunciamientos, pero hubiese sido bueno que sean menos de ocho los binomios, unificándose las tendencias.

Una responsabilidad inmensa de los ecuatorianos será dilucidar a quienes darán el apoyo en la búsqueda de fortalecer la débil democracia e institucionalidad que vivimos. Hay candidatos con experiencia en política y otros advenedizos; no habrá tiempo para verlos debatir de verdad, la campaña se ha iniciado con ofrecimientos serios y otros cansinos: “buscar un país mejor”, “más justo”, “sin inseguridad”, la demagogia propia de la mayoría de la clase política a la cual le importa un pepino el país.

Los modelos de comunicación para llegar a los colectivos de votantes están enfocados a las redes sociales, y ya se ha visto el “tik tok” y los “trolles” que van apareciendo, atentando la dignidad de candidatos respetables, y respaldando a los artificiosos. Se buscan los archivos, las declaraciones de antaño las cuales se recortan y editan. Por eso es peligroso el poco tiempo para enfrentar a las transnacionales de la politiquería y la delincuencia organizada.

Entre los candidatos se destacarán quienes propongan una lucha real contra la corrupción a todo nivel; los votantes pensarán dos veces en reelegir, con poquísimas excepciones, a quienes fracasaron en las actuaciones de la peor Asamblea Nacional de la historia, y que con absoluto desparpajo ya se candidatizaron con el afán de seguir caotizando el país. Y también de los desaparecidos en los momentos difíciles, de quienes no han contribuido en nada en el afán de mejorar la realidad de un Ecuador decaído, y que vuelven solamente por las ganas de ser “candidatos”. El desempeño de la mayoría de los actores de la clase política, demuestran una falta total de respeto a los ciudadanos. Estas elecciones presidenciales y legislativas son importantes porque quienes hagan un buen trabajo, tendrán grandes probabilidades para seguir en 2025. (O)