Atenas. – Los rescatados tras el naufragio de un pesquero que se hundió el miércoles en el mar Jónico -causando al menos 78 muertos y cientos de desaparecidos- describen un clima de terror impuesto por los traficantes de personas a cargo de la embarcación.
En uno de los testimonios, recogido por la televisión privada SKAI, uno de los rescatados relata cómo uno de los traficantes al mando «pedía dinero y tenía una barra para aterrorizar» a los pasajeros.
Los testimonios de los supervivientes condujeron a las autoridades a detener el miércoles nueve hombres de nacionalidad egipcia de entre los rescatados.
Las autoridades griegas numeraron a los supervivientes y preguntaron con fotografías si algunos de ellos eran los responsables de la nave.
«La persona número 70 era la que se hacía cargo del barco cuando descansaba el capitán. Era el segundo en la jerarquía y todos le teníamos mucho miedo», cuenta otro de los rescatados, según la misma fuente.
Los detenidos afrontan cargos de formar una organización criminal para el tráfico ilícito de inmigrantes, causar un naufragio y poner vidas en peligro.
Mañana, lunes, prestarán testimonio ante la fiscalía de la ciudad de Kalamata.
Según la televisión pública ERT, la embarcación había partido en un principio desde Egipto, hizo una escala en el este de Libia, donde embarcaron los migrantes, y después siguió rumbo a Italia.
«Viajabamos durante cuatro días, nos dieron poca comida y agua sucia. Calculo que había unas 700 personas viajando en el barco», señala Hasan, un sirio de 23 años, en un testimonio recogido por el diario Kathimerini.
Las operaciones de búsqueda siguen este domingo por quinto día, aunque las posibilidades de que se encuentre a alguien con vida son casi nulas.
Según relatan los supervivientes, en la abarrotada embarcación viajaban muchas mujeres y niños, a los que los traficantes habían situado en las bodegas del barco.
«A mi mujer y a mis hijos los pusieron en las bodegas», señala Rana, un paquistaní de 24 años, que coincide con Hasan en su estimación de que unas 700 personas se encontraban a bordo del pesquero.
Todos los 104 rescatados son varones, ocho de ellos menores de edad.
Los supervivientes han sido trasladados al centro cerrado de Malakasa, a las afueras de Atenas, para ser identificados y desde donde podrán solicitar asilo.
Según los testimonios, el motor del viejo pesquero había empezado a presentar problemas desde el segundo día del viaje y había una persona entre los traficantes encargada de arreglarlo cuando este dejaba de funcionar.
Sin embargo, la madrugada del miércoles, al suroeste de la península del Peloponeso, «el barco empezó a hacer agua», según Rana.
Según el testimonio de ese rescatado, los migrantes se trasladaron entonces al otro lado de la embarcación, donde no había ninguna vía de agua, lo que provocó que esta zozobrara y al final volcara.
«Los que no tuvieron tiempo de salir se hundieron con el barco, entre ellos mi mujer y mis hijos», señaló.
Otros testimonios indican que horas antes del naufragio los guardacostas griegos trataron de lanzar un cabo al pesquero pero los embarcados desecharon la ayuda porque querían seguir con su viaje a Italia.
La tragedia migratoria, una de las mayores de la historia en el Mediterráneo, ha reavivado críticas hacia la Unión Europea por parte de organizaciones internacionales y diversas ONG que critican su política migratoria.
«Seamos claros, este no es un problema griego. Este es un problema europeo», señaló este jueves el secretario general de la ONU, António Guterres.
«Si los países no se comprometen en crear las condiciones para una migración ordenada y regular, los migrantes estarán en manos de traficantes y las consecuencias serán tan trágicas como las que vimos ayer», señaló.
Según los datos aportados por el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) son casi 27.000 el número de migrantes desaparecidos en el Mediterráneo desde el año 2014. EFE