Violencia

Catalina Sojos

Y el mundo se detiene cuando se acaban las palabras y gana la violencia; por ello es urgente el diálogo y poner un alto a la escalada de hechos inéditos, nunca antes vistos en el país y en la región. El narcotráfico, la obnubilación del poder y la ausencia total de justicia hacen del ciudadano común su primera víctima, y es así como se apodera la violencia que no es otra cosa que el miedo y la impotencia disfrazados. Así los criminales son amenazados con acciones de “justicia por mano propia” para ser  quemados vivos, lapidados y demás hechos que no podemos pasar por alto puesto que el incremento de la violencia es evidente; por otro lado la corrupción en las cárceles provoca el estupor convertidas en granjas donde se crían cerdos y gallos de pelea en Santo Domingo de los Tsáchilas ( o en resort en Turi con piscinas, en época de carnaval, en el año de la pandemia) es decir la institucionalidad y el estado de derecho en el país es inexistente. El absurdo, el caos y la violencia se apoderan del país y es urgente recuperar nuestra patria, aunque esa frase no signifique nada en estos días, la mezcla explosiva de indiferencia ante la política sumada a la ausencia total de autoridad convierte al Ecuador en uno de los lugares más peligrosos del planeta. (O)