Un nuevo “emperador”

Marco Carrión Calderón

Ciertamente que en estos días a nadie en su sano juicio se le puede ocurrir hablar de imperios modernos; este es un concepto y un hecho que quedó para la historia. Los imperios Ruso y Chino se terminaron a raíz de las revoluciones marxistas en esos países en el Siglo XX, pero no por acción de los pueblos sino de fuerzas armadas conducidas por los líderes marxistas. Para conseguir que la gente les apoyara o al menos no se opusiera les hablaron de justicia social, igualdad y mejoramiento de las condiciones económicas, ciertamente miserables e injustas que venían soportando por siglos.

Después, durante los gobiernos autoritarios y tiránicos de Mao en China y de Lenin, Stalin y sucesores en la Unión Soviética, la situación de las poblaciones no mejoró significativamente. Mientas los gobernantes y sus ejércitos vivían en bonanza, las poblaciones vivían en atraso y pobreza. Después de la muerte de Mao y la caída estrepitosa de la Unión Soviética, esos países fueron saliendo de la opresión de sus líderes y de la pobreza, más los chinos que los rusos.

Al fin Rusia llegó a ser gobernada por un ex agente secreto de la KGB y otras organizaciones similares, especialista en la represión, el espionaje y el crimen. Ese gobernante, Putin, no se conformó con las leyes que limitaban los períodos de gobierno y prohibían las reelecciones y consiguió, mediante turbias maniobras políticas en el Soviet, que se eliminaran ambas disposiciones y pasó a convertirse en gobernante todopoderoso y casi vitalicio, un verdadero “Emperador”, quien sabe si más terrible que los antiguos Romanov.  Ahora gobierna un Estado conformado no solamente por Rusia sino por 24 repúblicas entre las cuales están Chechenia, Crimea y Georgia sometidos por la fuerza militar. Trata, actualmente, de apoderarse de regiones de Ucrania y como no lo consiguió a las buenas, ahora mantiene una espantosa guerra imperialista de conquista ante el horror y reclamo de casi todo el mundo. Amenaza finalmente con las armas nucleares que con desvergüenza ha trasladado a las fronteras de este país que soporta la agresión infame de este ridículo “Emperador” asesino que algún día tendrá que rendir cuentas por esta infame guerra.  (O)