A partir de Pillars of Prosperity (2011) que aborda los pilares de la prosperidad, a saber: (i) el poder de recaudar impuestos; (ii) la capacidad de crear y hacer cumplir leyes, y (iii) la capacidad del Estado para gastar sus recursos de manera eficiente en políticas que mejoran las vidas de sus ciudadanos, ya sea a través de sistemas de salud, educación o infraestructuras, es menester discutir en la coyuntura actual cómo vamos a afrontar estas capacidades del Estado. Considerando que la situación fiscal del país no es nada decente: hasta mayo los ingresos han caído casi 9% con respecto a similar periodo del 2022 y el gasto ha aumentado un 18% con proyecciones a más; entonces mejorar la seguridad, salud, educación, las vías y otras infraestructuras, pone al Estado en una lucha por el financiamiento. Los ecuatorianos sólo estarán dispuestos a pagar impuestos si lo que recauda el Estado por esa vía se usa de manera inteligente, para mejorar su calidad de vida. El gobierno y el sector público tienen que dar muestras de una alta calidad institucional reflejado en las percepciones de la calidad de los servicios públicos, la independencia del funcionariado frente a las presiones políticas, así como la calidad y credibilidad del gobierno en la formulación e implementación de sus políticas, solo allí no tendrá mayores problemas en la consecución de fondos que permitan la prosperidad. A los políticos no les gusta decirlo de esa manera. Quieren fingir que pueden reducir los impuestos y aumentar el gasto. Eso es una locura. Así que también se necesita más honestidad entre la clase política.
Similar a la conducta de un gran número de empresas cuando los dueños no amplían su capital, recurren a la banca en busca de los fondos para el crecimiento. La banca está dispuesta, incluso en un entorno de captación onerosa y escasa liquidez, porque si su desempeño, evaluado en gran medida por sus indicadores financieros, es de buen nivel, la banca sí está dispuesta a otorgar préstamos. Para el caso del Estado, debería existir reglas que gobiernen las finanzas públicas y actúe con plena responsabilidad sobre sus planes fiscales, con una estrategia creíble y ampliamente aceptada, entonces encontrará el financiamiento para alcanzar la prosperidad. (O)