Si bien es cierto que los índices de violencia se han incrementado de manera exponencial en el país, también debemos afirmar que la percepción ciudadana sobre la grave situación que vivimos, se ve exacerbada por la permanente información de estos hechos en los medios de comunicación y redes sociales sin reflexión alguna, en torno a las razones que han llevado a país en convertirse en uno de los lugares más violentos de América Latina. Esta profusión informativa trae como consecuencia directa, la alteración en las actividades diarias de la población que deja de acudir a lugares públicos, su desconfianza en el desconocido se incrementa, las actividades lúdicas se ven restringidas y su miedo lleva a justificar actitudes xenofóbicas, racistas y discriminatorias como la única respuesta posible a la cruel y dolorosa realidad que vivimos. Esto, en el fondo, provoca una tendencia a vincular a los pobres con la delincuencia. Es tiempo de hablar de pobreza y soberanía alimentaria, de educación y empleo, de cuidado, mantenimiento y prevención de nuestra salud física, emocional y mental, de educarnos como una sociedad responsable con el medio ambiente, de reconstruir el tejido social que nos permita vivir como una colectividad acogedora donde el buen trato rompa divisiones sociales, que exija a las autoridades no robar, no mentir, no estar ociosos como sustento de la ética pública y del respeto a los derechos colectivos. (O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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