Las altas temperaturas, inusuales en este inicio del invierno austral, sumadas a las precipitaciones torrenciales en los Andes, que en esta época solían ser de nieve y no de lluvia, han puesto en alerta la capital y el centro de Chile, que sufren el sistema frontal más caudaloso desde 1993.
«El cambio climático llegó para quedarse. Lo que hemos vivido estos días es un gran ejemplo, solamente en un día y medio ha llovido en la ciudad de Santiago lo que llovió en todo el año pasado. Eso nos pone en una situación de mucho estrés», alertó este viernes 23 de junio de 2023 el gobernador de la Región Metropolitana de Santiago, Claudio Orrego, en una rueda de prensa.
Las autoridades advirtieron que la capital podría sufrir cortes masivos de agua a partir del mediodía de este sábado, una situación que puede afectar a 34 municipios donde residen más de 6 millones de personas.
La ministra de obras públicas, Jessica López, informó que a las 20:00 hora local de este viernes se confirmará si ocurre el corte en la capital, donde en las últimas horas han caído hasta 150 litros de agua por metro cuadrado.
El subsecretario de Interior, Manuel Monsalve, informó que habilitaron tanques de reserva con capacidad de suministrar agua hasta el sábado a mediodía, y llamó a los santiaguinos a ser «responsables» en su consumo para evitar «situaciones críticas».
La empresa chilena, Aguas Andinas, aconsejó que cada persona acumulara 15 litros de agua como medida preventiva al corte.
Contaminación de agua potable
Las lluvias afectan desde hace día y medio principalmente a la zona central de Chile, y son especialmente intensas en altas cotas de la cordillera, desde donde arrastran lodo y material vegetal que enturbia el agua que llega hasta la capital.
La precipitación en alta montaña suele caer en invierno, en modo de nieve, pero la crisis climática ha provocado temperaturas inusualmente altas en la cordillera de los Andes, superando los 0 grados celsius, incluso por encima de los 3.000 metros, que potencian la caída de lluvia en forma de agua.
«Están cayendo grandes precipitaciones, hacía años que no llovía como ahora», declaró la ministra Jessica López, quien anunció el decreto de una alerta amarilla en términos de provisión de agua potable.
La Región Metropolitana se despertó este viernes con crecidas de los ríos Mapocho, al norte de la ciudad, y del río Maipo, en el sur, en comunas donde la obra hidráulica es más precaria.
Además de las zonas urbanas, preocupa la posible ruptura de una represa en la comuna de Buin, al sur de la capital, que se bloqueó con material vegetal y basura arrastrada por el agua y cuyo colapso afectaría a más de 30.000 hectáreas de terreno agrícola.
En poblaciones de precordillera miles de personas han tenido que ser evacuadas, al tiempo que se han cerrado algunos pasos con Argentina, en particular el de Los Conquistadores que une la región metropolitana chilena y la provincia argentina de Mendoza
Todo el centro del país afectado
Las intensas lluvias afectan otras zonas, como la región de Valparaíso, en el centro de Chile, con dos provincias en alerta roja por la amenaza de desborde del río Aconcagua, por el que se han habilitado varios albergues provisionales para las personas que se desalojen de sus viviendas.
Otras provincias al sur de Santiago, en las regiones de O’Higgins, Maule y Ñuble, también están en alerta amarilla o roja, con clases suspendidas, crecidas de ríos e incluso 14 trabajadores de una minera aisladas y refugiadas en una vivienda sin suministros básicos.
El fenómeno climático El Niño ha traído al país andino «más precipitaciones de lo normal» este invierno, según informó este sábado la Dirección Meteorológica Chilena (DMC).
Esta condición climática provoca un aumento de la temperatura del mar en el Pacífico este y mayores precipitaciones en varios países americanos.
Se espera que la situación y la alerta se prolongue todo el fin de semana e incluso la semana entrante. EFE