Finita Cordero Espinosa

Eduardo Sánchez Sánchez

Ha partido a la eternidad de luz y de poemas, de flores y de estrellas, Doña Josefina Cordero Espinosa de Crespo. Nos enriqueció con sus detalles de cultura, de sensibilidad por lo natural, por lo bello, por lo simple y por su gran ilustración en su columna de El Mercurio, donde era muy grato sentir su alta sensibilidad poética, por la naturaleza, por el Charcay de sus padres, de su infancia, de sus vivencias, de las cosechas del dorado trigo,  con caminos polvorientos bordados con viejos arrayanes, por el balado de las ovejas que eran arreadas por niños indígenas, el canto de las aves, por  su delicadeza en comentar del amasijo para hornear el pan, de la belleza, de Cuenca, de la cocina y sus sabores, de las cosas sencillas que le dan sapidez y distinción a un ser humano. Fue fina y cortés, frontal y cierta en sus apreciaciones.

La diligente Finita se movilizaba por la Cuenca o por el campo y sus encantos bucólicos, haciendo uso de la locomoción y conocía en detalle la ciudad a la cual distinguió y la amó con elegancia. El hablar de la hacienda en Charcay (Charcu = halcón y Cay = lugar) tiene un valor identificante de amor familiar y por la vida, por el agro, por el indígena, por las nubes y el ocaso, por el sol y el dorado trigo, por el agua brotada de la roca y por el canto de las aves o el alado del cóndor. Sus padres legaron en su personalidad muchas de sus cualidades, sus genes llevan la identidad del abuelo polifacético, Dr. Luis Cordero Crespo como lingüista, botánico, diplomático, poeta, artista de la pintura y fue cultora de su piano heredado de la abuela Sofía Espinosa Andrade.

En su libro “Vivencias”, de maravillosa concepción con alta y filigranada sensibilidad, nos conduce a un mundo de múltiples recuerdos y nostalgias de hermosos días. Jorge Dávila en su presentación citó: “en sus manos, amables lectores, un libro inolvidable, como imposible de olvidar es el pasado más o menos reciente que nos pinta y regala, con infinitas habilidades y riquezas líricas y humanas. ¡disfrútenlo!”.

Mis condolencias a su querida familia. (O)