Dueños son responsables de que sus mascotas sean agresivas

Los perros reaccionan de acuerdo a cómo viven. Si han sido hechos adversos, pueden optar por la agresividad y si su entorno es saludable, no tendrán problemas de socialización. La poca atención y falta de educación son factores que afectan la vinculación social del animal.

Carmen Ávila rescató y recuperó al can ´Daddy´, una mascota de raza pitbull que estuvo abandonada y desnutrida. Foto XCA

«La agresividad de un animal es 100 % responsabilidad de su dueño«, asegura Carmita Ávila, de la Fundación Rescate Animal Cuenca. Esta experimentada activista animal asegura que los canes no son violentos, sino que el entorno los vuelve agresivos.

La muerte de un niño por ataque de un perro Pitbull, ocurrido el fin de semana en Quito, reactivó el debate a escala nacional.

‘Daddy’ es el perro de raza Pitbull que hace poco ella rescató. Su estado era deplorable, tenía evidentes huellas de malnutrición en su cuerpo, estaba completamente deprimido y no tenía energía.

No obstante, a los 10 días de iniciado su proceso de recuperación, afloró su instinto de ‘macho alfa’. Razón suficiente para separarlo del grupo de 14 canes que también residen en la casa de Ávila.

Por ahora, sigue un proceso de adaptación para poder vincularlo a una casa adoptiva, pues su relación con personas desconocidas no es, por ahora, la mejor.

¿Esto es evidencia de su agresividad? Ávila respondió con contundencia: «el 100 % de la culpabilidad de que un perro sea agresivo, es de su dueño», sentenció.

‘Daddy’ padeció encierros en solitario, permaneció encadenado, no se relacionaba con personas y no se alimentaba, comentó la animalista. Estos factores crearon un ser «deprimido, amargado, triste y, potencialmente, agresivo», aseguró.

«Si una persona no tiene paciencia para educar al animal y autoeducarse para hacer del can una mejor mascota, es mejor que no la tenga», enfatizó, y más con animales de razas consideradas potencialmente peligrosas.

Roberto Criollo, adiestrador de perros en Educan, señaló que existen cuatro factores determinantes para que un animal potencialmente peligroso, y de cualquier otra raza, sea agresivo. Detalló que no poner límites, no ponerles reglas, humanizarlos y no educarlos, crean un perro agresivo.

«Si tengo espacio, tiempo y paciencia, soy apto para tener una mascota, caso contrario, no», sentenció Criollo.

Existen otros riesgos. “Cuando la gente escucha Pitbull se piensa que son agresivos y los dueños limitan su socialización. La situación se agrava si se acostumbra a estar solo… el peligro se produce al salir, cuando puede agredir a cualquier persona”, comentó.

Otro factor que Criollo considera nocivo para el animal y que afecta a su normal convivencia con el entorno es hacerlo un ser dependiente de los humanos.

Por ejemplo, explicó el adiestrador, si desde el inicio el animal duerme en la cama del dueño, es probable que con el tiempo piense que esa cama le pertenece. Si algún familiar, amigo o allegado llegase a estar en ese mismo lugar, corre el riesgo de que el animal lo agreda al considerarlo una amenaza de su espacio.

Incluso, recordó el profesional de animales que han llegado a atacar a los mismos dueños.

Recomendaciones

La activista y el adiestrador profesional coincidieron en recomendar que debe existir una apertura total a la enseñanza del animal.

Es posible empezar educándolo en reconocer en dónde debe hacer sus necesidades biológicas, en dónde debe dormir y en dónde debe alimentarse.

Poner límites también ayuda y usar un tono de voz seguro y sin agresiones físicas. También consideran importante adaptarle a la manipulación humana para que se sienta seguro.

En su local está en proceso de adiestramiento un perro de raza American Bull llamado ‘Bruce’, que tiene problemas de socialización. Para iniciar el proceso de adiestramiento, deben conocer detalles como qué pasó antes, desde que nació que pasó en su vida y qué detonó su actuar actual.

¿Qué hacía?, ¿dónde jugaba?, ¿en dónde comía? son algunas de las preguntas que se plantea antes de empezar el proceso formativo. “Cada mascota tiene su proceso hasta entender órdenes, mejorar su proceso de convivencia y acostumbrarlo a personas”, detalló Criollo.

La clave en estos casos es tener paciencia o aprender a tenerla y, claro, tener la capacidad de darle al animal una segunda oportunidad.

Perros en adopción y esterilización

En Cuenca se calcula que existen más de 100.000 perros en abandono. Una de las alternativas que organizaciones como Rescate Animal Cuenca han visto urgentes implementar es la esterilización masiva de animalitos callejeros.

Además, las campañas de adopción son una buena alternativa para dar oportunidad a animales abandonados. No obstante, existe otro grave problema: la venta indiscriminada, sin control ni sanción a personas que usan animales con fines únicamente reproductivos. Son vacíos presentes en ordenanzas municipales y leyes que no son aplicadas con rigor. (I)

Grupo genético del pitbull

Datos científicos aseguran que el pitbull es el resultado del cruce entre perros de las razas terriers y bulldogs. El F1 es uno de los códigos del esquema de cruzamientos que se refiere al cruce entre 2 razas puras. Es así como estos animales, también llamados media sangre, tienen 50 % de genes de su padre y 50 % de su madre. El F2 es el resultado del cruce entre dos F1.

DATOS

  • Una de las peticiones que se hace a las personas con canes de raza potencialmente peligrosa es que se los esterilice para evitar su reproducción indiscriminada.
  • El 16 de julio, en el parque El Paraíso, tendrá lugar una feria de adopción de 10:00 a 14:00. Es una actividad organizada por Rescate Animal Cuenca.
  • En caso de tener un perro que entra en la denominación de potencialmente peligroso, la Ordenanza animal de Cuenca exige que sea con correa y acompañado de su dueño.
  • El pitbull es un animal, generalmente, dulce y cariñoso. Ser agresivo sale a relucir ante desconocidos u otras mascotas que no son de su confianza. Por ello es importante su adiestramiento.