La cédula es un documento escrito en que se acredita o se notifica algo. En nuestro país se añade la palabra ciudadanía, solo separadas por una preposición. Primera advertencia: jamás debía llevar este nombre, sino simplemente Cédula de identidad, porque meramente es un título de identidad, que antes se daba a un prójimo que cumplía 18 años de edad, con sexo XX o XY. Ahora se puede adquirir desde el nacimiento y sin límite de equis o de yes.
Ser ciudadano es una categoría del habitante, que no sólo lo identifica su género, edad, lugar de nacimiento, raza, estado civil, profesión, etc., sino que es la conciencia de los deberes ante el lugar de residencia. Para ser ciudadanos se requiere de voluntad y amor: voluntad de vivir que se manifiesta de forma evidente en los instintos de conservación; y, amor, que no solo es quererla para sacar provecho de ella, sino de respetarla, cuidarla, contribuir con su donaire, enaltecerla con sacrificio y honradez.
El habitante de una ciudad debe superar algunos niveles hasta alcanzar el honor de ciudadano, No basta con ser individuo, único o indivisible, porque ello es simplemente una condición del ser viviente. Debe alcanzar la condición de persona, es decir, un individuo socializado, con autonomía y corresponsabilidad con los demás. Un escalón superior al de persona es de ser ciudadano: hombre con atributos que dignifiquen a la ciudad que lo cobija.
Se ha denunciado sobre las agresiones a la ciudad por desadaptados y forajidos a la señorial ciudad: portales, frontispicios de iglesias, instituciones educativas, edificios públicos y privados recién pintados y que atraen la vista de los transeúntes, son emporcados por malhechores. Monumentos mutilados, pintarrajeados, convertidos en urinarios; las orillas de los ríos transformados en basureros, etc. y etc.
Perros por todo espacio verde evacuando donde les viene gana. Cuando en otro escrito hablé sobre este tema, moradores del parque San Marcos me informaban que hay dueños de perros que los dejan el día y al atardecer los recogen para que cuiden sus residencias. Otro ciudadano me comentaba que “distinguidas” señoras salían con los perros a los parterres y parques para que excreten los animalitos y retornaban a sus residencias a encerrarlos para su presunción.
Así como en la Licencia de conducir se multa y quita puntos al conductor que comete infracciones, hasta retirarlo definitivamente el documento, igual debería procederse con la Cédula de ciudadanía. ¡Qué vergüenza, qué bochorno señor alcalde! (O)