Está a la vista el litigio entre la Municipalidad de Cuenca, representada por su Empresa de Movilidad (EMOV), y el consorcio Movil Technology, contratado para instalar radares y fotosensores en varias calles y avenidas de la ciudad, con una inversión cercana a los 2 millones de dólares, entre implementación tecnológica, software y señalización.
El alcalde Cristian Zamora confirmó la resolución del Directorio de la EMOV: autorizar al gerente de esta empresa el inicio del proceso para dar por terminado, de forma unilateral, el contrato suscrito por la administración anterior.
A juicio del gerente, y así lo analizó el Directorio, hay “graves inconsistencias e irregularidades” en el contrato según se desprende de los informes.
Representantes del consorcio anticiparon el inicio de un proceso de arbitraje, un mecanismo previsto en el contrato en caso de conflictos, si bien apostaron, sin éxito, por el diálogo para superar desavenencias surgidas mucho antes.
La resolución del Directorio es irreversible. De acuerdo al alcalde, los radares y fotosensores dejarán de funcionar en julio o agosto próximos.
Todo litigio tiene fecha de inicio, pero no de final. Es impredecible, además. Ojalá la EMOV acopie todos los argumentos jurídicos para enfrentar la segura demanda de arbitraje, mediante la cual el consorcio exigirá el pago de daños y perjuicios, lucro cesante y otros rubros.
El contrato nació polémico. Fue denunciado en Contraloría y hasta en la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional. Se tornó político y, por tanto, darle de baja fue oferta de campaña de los candidatos a la alcaldía, entre ellos Cristian Zamora.
Él dice estar cumpliendo esa oferta, si bien – insistimos – no se puede anticipar el desenlace del arbitraje. El consorcio no se cruzará de brazos cuando le notifiquen con la terminación unilateral del contrato. Habrá litigio para largo. Millones de dólares entrarán en juego.