Universitarios crean un juego didáctico que ayuda a la terapia infantil

Mantener vivo uno de los patrimonios inmateriales y ayudar en la coordinación bilateral de niños fue el objetivo de cuatro estudiantes de la carrera de Realidad Virtual y Videojuegos de la Universidad Católica de Cuenca. Lo lograron al crear un juego capaz de ser una herramienta fundamental en la terapia infantil.

Gabriel Jiménez, Adrián Abad, Ika Zhunio y Marco Cherres son los creadores de este juego interactivo de mesa, que está inspirado en la dinámica de un laberinto de madera.

‘Pulus Ruins’ es el nombre que le dieron a este material cuyas piezas están hechas prolijamente a mano. Cuenta con cuatro tableros, que asisten a los cuatro niveles con los que está conformado el juego.

Así lo explica Gabriel Jiménez, uno de los creadores. Agregó que está compuesto además por varias cartas que contienen palabras en quichua.

Los estudiantes tenían en mente transmitir conocimientos sobre las culturas precolombinas de Ecuador, a través de sus piezas. Por ello, empezaron a crearlas según las historias, aparte que ahí nació la idea de incluir el quichua.

Cada carta utilizada en el juego predomina con el idioma quichua. Para jugarlo, uno de los creadores dice la palabra y el significado en español, lo que permite un aprendizaje dual, según Jiménez.

Integración bilateral

Para Joseline Argudo, psicóloga educativa, cuando se trata de la integración bilateral, es decir coordinar ambos lados del cuerpo en el juego, puede ser un reto para algunos niños.

Estas habilidades bilaterales repercuten en el uso funcional del cuerpo. “Es a través del juego que los niños pueden fortalecer y desarrollar esta habilidad motora esencial y este juego creado por los estudiantes aplica en todo”, sostuvo.

La profesional indicó que estos dispositivos resultan una terapia ocupacional que ayuda a los niños a desarrollar habilidades esenciales de integración. “Los juguetes que utilizan las dos manos de forma coordinada ayudan a los niños a cruzar la línea media y a utilizar las dos manos en las tareas”.

Destacó que la coordinación bilateral “nos indica que el cerebro se está comunicando eficazmente y compartiendo información entre los lados del cerebro”.

Isaac P. tiene nueve años y, según su madre Eliana Paucar, ha presentado dificultad en su motricidad, por tanto decidió recurrir a este juego por la recomendación de su psicóloga. Ahora su niño presenta una mejor motricidad, además que adquirió conocimientos y siente apego por el juego.

Efectividad en el juego para niños

Para pulir la efectividad del juego, los cuatro creadores acudieron a los especialistas de la Unidad de Diagnóstico, Investigación Psicopedagógica y Apoyo a la Inclusión de la Universidad (UDIPSAI). Allí aplicaron la prueba de efectividad.

Fueron 70 los niños que lo usaron, algunos de ellos con condiciones como autismo, hiperactividad y dislexia, quienes, tras la prueba, lograron resultados con algo en común: seguir jugando.

Premios

Con el juego aprobado, tras un ‘feedback’ con UDIPSAI, el equipo de ‘Pulu Ruins’ alcanzó los siguientes reconocimientos: Infomatrix Regional – medalla primera de oro; Infomatrix Nacional, la máxima medalla de platino; y una invitación a la gran Feria de Sevilla, España. Allá presentarán su juego como el único proyecto de Ecuador, de entre 70 países.

A decir de Tatiana Cabrera, directora de la carrera, el siguiente paso del proyecto de los jóvenes universitarios será patentar la creación para, en un futuro próximo, comercializarlo en jugueterías. (I)

Bolivar Sinchi

Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social, en la Universidad de Cuenca. Cronista deportivo por más de una década. Creador de contenido multimedia.

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