Johannesburgo.- La Presidencia de Sudáfrica reiteró hoy la inocencia de su titular, Cyril Ramaphosa, después de que la defensora del pueblo interina estableciera que no violó el código ético del Gobierno en el escándalo del robo millonario en su granja de Phala Phala (norte).
«La Presidencia ha tomado nota del informe de la defensora del pueblo interina, Kholeka Gcaleka, que absuelve al presidente de presunto abuso de poder o incumplimientos del Código de Ética del Ejecutivo en relación con un incidente de robo en su granja de caza de propiedad privada de Phala Phala en 2020», indicó un comunicado difundido este sábado.
«El presidente siempre ha mantenido que no participó en ninguna infracción o violación de su juramento», añadió el texto, un día después de la publicación de un informe donde Gcaleka exoneró al mandatario.
«La alegación de que el presidente, de manera indebida y en violación de las disposiciones del Código de Ética del Ejecutivo, se expuso a cualquier riesgo de conflicto entre sus deberes y obligaciones constitucionales y sus intereses privados derivados o afectados por su supuesto trabajo remunerado en la granja de Phala Phala no está fundamentado», señaló este viernes la defensora del pueblo en funciones.
Gcaleka investigó si Ramaphosa violó el código ético en ese caso, que estalló en junio de 2022, cuando el exjefe de la agencia de espionaje sudafricana, Arthur Fraser, demandó al mandatario, al que acusó de ocultar a la Policía y la Hacienda del país un robo de casi cuatro millones de euros escondidos en Phala Phala el 9 de febrero de 2020.
La Presidencia ya negó en junio de 2022 las acusaciones de Fraser y confirmó que se produjo un robo ese día, mientras Ramaphosa asistía a una cumbre de la Unión Africana en Adís Abeba.
El mandatario alegó que la suma sustraída fue menor, de 580.000 dólares (unos 550.000 euros), en respuesta a preguntas de un panel independiente designado por el Parlamento para investigar el caso, que aseguró en un informe el pasado noviembre que pudo violar varias leyes anticorrupción.
Ese informe amenazó su futuro político como jefe del Estado, cuestionado por algunos diputados rebeldes del gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA) y la oposición, que presionaron para forzar una dimisión que parecía inminente el pasado 1 de diciembre, al día siguiente de la publicación del informe.
La Asamblea Nacional (Cámara baja del Parlamento) rechazó el 13 de diciembre el informe del panel, que podía haber desencadenado un proceso para su destitución.
Ramaphosa fue reelegido ese mes como líder del CNA, que gobierna el país desde 1994, para un mandato de cinco años pese al escándalo de presunta corrupción.
El líder de la formación, fundada en 1912, es habitualmente el candidato presidencial en este país, que tiene previsto celebrar elecciones generales en 2024, por lo que, salvo imprevistos, Ramaphosa encabezará el cartel electoral del CNA en esos comicios.
Exlíder sindical y uno de los sudafricanos negros más ricos, el gobernante sucedió a Jacob Zuma en la Presidencia en 2018, comprometiéndose a atajar la corrupción y el malestar económico desatados durante los nueve años de gobierno de su predecesor. EFE