Bogotá.- El director del Instituto Cervantes, el poeta Luis García Montero, considera que la cultura «debe ocupar un nivel importante» no solo en la difusión del español sino de los valores democráticos y de los derechos humanos en el mundo, especialmente ahora que España acaba asumir la presidencia semestral de la Unión Europea.
García Montero (Granada, 1958), señala en una entrevista con EFE en Bogotá, donde participa en el XI Festival Gabo que concluye este domingo, «que la ciencia es muy necesaria, que la técnica es muy necesaria, pero que las humanidades también son muy necesarias (…) cuando se piensa en el futuro y en el progreso».
«Desde el Instituto Cervantes decimos que enseñar un idioma es mucho más que enseñar un vocabulario. En las palabras entran los valores, caben los recuerdos, caben las intuiciones del futuro y en ese sentido es muy importante que, al pensar en nosotros, en nuestra política, en nuestro desarrollo, que la cultura sirva como llamada y defensa de los valores democráticos», manifestó.
Por eso considera «que la cultura, que es el gran recipiente de los derechos humanos, de los valores democráticos, de la sociedad viva, debe ocupar un lugar muy importante en la Presidencia española de la Unión Europea».
«Yo creo que, en el panorama internacional, la significación de Europa en este momento es la defensa de los derechos universales, del ser humano (…) porque es parte de nuestra historia, de que debemos progresar, debemos desarrollarnos económicamente, debemos extendernos, pero siempre en la convivencia y en el respeto de los derechos humanos», afirma.
PRESENCIA MUNDIAL
El Instituto Cervantes tiene centros en 67 ciudades del mundo pero su presencia se amplía a 94 lugares con las extensiones de algunos de ellos, una capacidad al servicio de «una lengua de mucha significación social y cultural» pues es el segundo idioma en el mundo en hablantes nativos, después del mandarín.
Según García Montero, el español se acerca a los 500 millones de hablantes y sube hasta los 600 millones «si se cuenta también los que lo han estudiado y lo hablan de una manera aceptable».
Esas cifras lo convierten en «el segundo idioma también en cultura internacional» y son motivo de orgullo pero «sin caer en la autocomplacencia porque tenemos que seguir trabajando en las posibilidades del idioma».
«Los hablantes en español tenemos un idioma que tiene repercusiones económicas notables, que tiene repercusiones culturales notables, pero hay que afianzar nuestra posición en la ciencia y en la tecnología porque es el desarrollo científico y tecnológico el que también posibilita después nuestro crecimiento económico y lo que es fundamental es saber que formamos parte de una gran comunidad», expresó.
En ese sentido, destacó el crecimiento del español en Estados Unidos, «donde la población hispana se acerca a los 60 millones».
Por eso, el Cervantes abrió en diciembre pasado una sede en Los Ángeles (California), estado que «tiene más de 12 millones de hablantes nativos de español y allí también están instaladas las grandes tecnológicas del mundo».
«Y cuando hablamos de la importancia del español no solo hablamos de Cervantes o de García Márquez, hablamos también de la fuerza que tiene hoy la industria cinematográfica en español y la fuerza que tiene la música latina», subraya.
LENGUA Y TECNOLOGÍA
El director del Instituto Cervantes apunta además a la necesidad de «que el español sea también una lengua de ciencia y de tecnología, porque es algo que nos interesa como comunidad» para lo cual resulta vital la unión de las universidades de países hispanohablantes.
«Yo, como profesor de literatura, recuerdo cuando se hablaba en otros siglos de si se podía hacer filosofía en una lengua que no fuese el alemán, o si se podía hacer literatura en una lengua que no fuese el francés, que fueron debates propios del siglo XVIII y del XIX. Ahora somos muy conscientes de que podemos hacer ciencia y tecnología en nuestra lengua y no se trata de competir con nadie sino de consolidarnos como comunidad», indica.
Para García Montero, la relación con la tecnología debe abordarse también desde la óptica de avances como la inteligencia artificial y su impacto en la literatura y la poesía porque «cuando hay una gran transformación hay que saber las ventajas que aporta y hay que tener en cuenta los peligros».
Por eso, explica, el Instituto Cervantes ha elaborado «un decálogo de transparencia en la comunicación (…) sobre el lenguaje artificial, el lenguaje de las máquinas», que considera debe ser tomado «en serio».
«Está muy bien que las máquinas sepan español», dice, pero agrega que «también tenemos que preocuparnos de que el lenguaje de las máquinas no cree sesgo de tipo machista, racista, autoritario, sino que sea un lenguaje de valores respetuosos, de valores democráticos», concluye. EFE