Las “Zonas Rojas”

En Cuenca, las “zonas rojas” han mutado. Lo han hecho desde mucho tiempo atrás, de la mano del crecimiento poblacional, de la atomización de ciertos servicios y de la “importación” de algunos delitos y delincuentes.

La Policía y otros organismos de seguridad tienen identificadas dichas zonas.

Los vecinos de determinados sectores, por su puesto lamentándose, también lo hacen, considerando el auge delictivo cada vez más avezado, con porte de armas, venta de drogas y proliferación de actividades sospechosas.

La prostitución clandestina es otro problema. Igual las masivas concentraciones en los espacios públicos. Tal es el caso del sector El Arenal. Aquí funciona la feria libre, donde, desde hace varios lustros, conviven la inseguridad, el desorden, incluyendo el vehicular y peatonal, el alcoholismo. A la venta de ropa, comidas, electrodomésticos, se suma la de todo tipo de productos traídos desde diversas provincias del país, amén del comercio informal.

En estos días, la preocupación de las autoridades se centra en aquel amplio corredor urbano, integrado por la Chola Cuencana, terminal terrestre y el aeropuerto.

El problema no es de ahora. Más bien se le dejó agravar. Los operativos de control no son lo suficientemente efectivos como para acabar con la prostitución clandestina, aupada por el aumento de hostales cuyos permisos municipales no se cumplen. No todas, por su puesto.

Por ello, dueños de hoteles, hostales, restaurantes y demás negocios asentados en aquel corredor comercial, reclaman. Igual el resto del vecindario, de alguna manera obligado a vivir casi encerrado por temor al asalto, al ingreso de antisociales a sus domicilios, pues estos caminan sin inmutarse, pese a ser identificados por las cámaras de video vigilancia.

La coordinación entre entidades de control debe ser más efectiva, comenzando por la Municipalidad para revisar los permisos otorgados a tantos hostales con pretexto de favorecer al turismo.