He recibido en esta semana al menos 10 mensajes que preguntan ¿tienes encuestas actualizadas? Dejé de creer hace tiempo en las supuestas encuestadoras, la mayoría chimbas y aquellas creadas por los “troles” para hacer subir o bajar a los partidarios o los contrincantes. De la inoperancia del CNE en el control electoral, se han aprovechado los mercaderes de la política.
Frente a la apatía ciudadana, las mayorías esperan ver propuestas creíbles para en estos pocos meses sentar las bases y estabilizar en algo al país. He visto sondeos dando como ganadores al menos a 4 binomios. Hay aspirantes audaces sin un ápice de conocimiento de las necesidades de la gente; las redes sociales vuelven a ser el centro del movimiento, y la obligación de la paridad de género, lamentablemente, como consecuencia de una resolución jurídica, ha convertido esta elección en casi un torneo galante. También está Topic un postulante hecho el “Rambo”, queriendo convencer que esta lid electoral es una prueba de fuerza y no de razón.
Mientras tanto, los grandes problemas nacionales puestos en el tapete para la discusión pasan de largo. La propuesta de reforma a la Seguridad Social convertida en la conversación de moda entre amigos y familiares genera encendidas polémicas, pero no tiene eco en la mayoría de los candidatos. La manera de escabullir el problema es decir que todo debe mantenerse intacto, para no “castigar” a los afiliados.
No han tratado seriamente los temas de seguridad integral, empleo eficaz, incentivos para emprendedores, ni la estrategia a manejar ante la inminente llegada del fenómeno del Niño que asestará un golpe brutal en la infraestructura productiva del país, proyectando un desempleo de al menos 25.000 cabezas de familia.
Salvo dos candidatos serios, los demás no han analizado siquiera el bestial impacto que significaría decir SI a la pregunta de dejar bajo tierra el petróleo en el bloque 43 ITT con pérdidas de al menos 14 mil millones de dólares en los próximos 15 años, sin tomar en cuenta indemnizaciones a contratistas y desmantelamiento de las instalaciones petroleras que operan desde hace diez años. Un gravísimo atentado a la dolarización, a la cual amamos, pero descuidamos.
Hace pocos días revisando un artículo sobre la Reserva Monetaria Internacional (RMI) encontré algunas perlas cultivadas como la de Luisa Gonzalez al manifestar su obsesión por traer todos los fondos ajenos resguardados en la RMI, o como la de Hervas quien dijo que esos recursos son de propiedad absoluta del Estado. Tamañas barbaridades, llenas de manifestación perversa o ignorancia supina, con el ineludible propósito de convencer a ingenuos, antes de pasar a la historia sin pena ni gloria. (O)