El Patrimonio sin plan de gestión

Duro es decirlo. Cuenca suele jactarse por casi de todo; demostrando, a veces, cierto chauvinismo; pero, 24 años después de la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad, carece de un plan de gestión para preservar su Centro Histórico, fundamento principal de tan importante reconocimiento mundial.

Según la crónica de este diario, uno los compromisos asumidos fue elaborar esa herramienta técnica, se supone vital, para impedir las agresiones a ese corazón de la ciudad, tan visitado, apreciado y valorado por todos, en especial por turistas extranjeros y especialistas en sitios patrimoniales.

A lo largo de esos 24 años se han efectuado reuniones, encuentros, seminarios, conferencias, charlas, ni se diga festejos en cada aniversario, y toda cuanta actividad ha sido posible en nombre de tal declaratoria.

Muchas de esas actividades derivaron de denuncias por agresiones al patrimonio: viviendas derruidas por completo o parte de ellas, sobre todo los frontis; permisos municipales para permitir “agrandamientos” o hechos por cuenta propia, aprovechando la noche o los fines de semana, más la incuria de los propietarios.

Y por eso, y por mucho más, no haber elaborado el plan es innombrable, similar, o más grave aún, a aquella incuria.

Ahora, dizque, vuelve el debate para exigir se cumpla con ese requerimiento. Y no viene por iniciativa, sino urgido por dos construcciones en El Barranco.

En la una se quiere ganar en altura a costa del paisaje. ¡Cuándo no! La otra se levanta junto al complejo cultural de Todos Santos. No pasa nada, dirán.

¿Hay algo peor? Claro. Tienen los permisos municipales en regla. Según el actual director de Áreas Históricas y Patrimoniales esas construcciones son irreversibles, si bien no está de acuerdo. Así de simple.

Han pasado cinco administraciones municipales y en ninguna se intentó elaborar ese plan, excepto algunos barnices. ¿Lo hará la actual?