Los noticieros muestran día a día el negro agujero en el que caímos. Vi claramente ingresar esposados a prisión a dos maleantes que, según pericias, fueron quienes explotaron un artefacto en la Unidad Judicial Penal de Portoviejo, hiriendo y sembrando terror. Al uno lo vi semejante a un hipopótamo, pues tenía más de 300 libras seguramente y apenas horas luego, los encuentran colgados en sus celdas con dos presos más de yapa. Se supone que las celdas apenas tienen un camastro y baño y sería impensable que en el tumbado existan vigas para propósito patibulario. Con certeza, el obeso se habrá colgado del alambre del foco. Y lo increíble es que lo resistió y logró ahorcarlo y los otros tres delincuentes, se colgaron de clavitos para enganchar ropa, seguramente. Certeza es que las cárceles se encuentran en manos de mafiosos.
El perito Meza entrega ya su investigación del tercer producto, desaparecido de la presidencia de la república y despacho del facineroso más grande que parió el Ecuador, donde explica, nuevamente, que aquel sabia toda la trama del delito de los druph, así como concluye quiénes son autores intelectuales y materiales de la muerte del general Gabela. Podríamos asegurar que, aparte de ser el prófugo belga y su camarilla de delincuentes los inoculadores y facilitadores del cáncer que nos mantiene con el narcotráfico y corrupción hasta el copete y que las estadísticas de crímenes y asesinatos actuales no tienen parangón en la vida republicana, la certeza de que sean también aviesos asesinos, salta como liebre.
Que, en la tal revolución ciudadana, certeramente se puede decir, metieron mano en todo estamento y cambiaron leyes o las ignoraron cuando esto fue requerido para sus protervos intereses y latrocinios, quebrando instituciones nobles como el IESS que boquea tras la rapiña. Salud, policía, educación, fuerzas armadas, sociedades productivas, petróleo, minería, comercio, etc, etc y el mismo pueblo ingenuo que engañado vilmente ayudó a los ladrones y que, es más, certeramente aun muchos borregos miopes lo idolatran. No puedo entender cómo pueden defenderlos con tantas y tantas certezas que son visibles y públicas.
Certezas y más certezas cohabitan como duendes en nuestra patria y sociedad. Certezas de delitos y crímenes que se desgranan, gracias a que ya no son poder, pero quieren volver por más. Solo en nosotros está ahora impedir nuestra ruina. Caminamos el filo de una navaja, donde a los lados están ejemplos mártires y pobres como Cuba, Venezuela, Chile, Colombia. No lo permitamos. Despertemos de una buena vez. (O)
