Luego de idas y venidas, el 17 de julio se prevé que se realice una mesa técnica para analizar y resolver el problema que se armó tras la solicitud de un aval por parte de la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay al Ministerio de Cultura para que un proyecto de intervención en el complejo arqueológico de Todo Santos sea considerado en los fondos de inversión de la Secretaría Nacional de Planificación.
La realización de la mesa, según Martín Sánchez, director del Núcleo del Azuay, llegará después de que la Gobernación del Azuay interviniera y solicitara la presencia de la directora nacional del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, Catalina Tello, y del subsecretario de Patrimonio Cultural, Juan Mafla.
En la mesa técnica se espera que se aclare las observaciones que hizo el INPC al proyecto que presentó el Núcleo del Azuay, cuyo objetivo es hacer una intervención en el Museo Agustín Landívar y el restos arqueológicos que reposan junto a la bajada de Todos Santos.
Para la intervención, el Núcleo del Azuay armó una propuesta que requiere 235,000 dólares y que se pretende solicitar a la Senplades.
El monto estará destinado a la intervención de las camineras, al remplazo de un muro de piedra por uno de vidrio para que sean visibles los restos arqueológicos, a la construcción de una batería satinaria, entre otros trabajos.
Sin embargo, para solicitar el dinero, el Núcleo del Azuay necesita un aval del Ministerio de Cultura que todavía no ha llegado porque el INPC hizo algunas observaciones al proyecto que principalmente están relacionados con el “tema arqueológico”, según explicó ayer Cristina Carrasco, coordinadora de la zona 6 del INPC.
Carrasco dijo que el INPC solicitó que se considere los procesos técnicos para la conservación de los muros, así como un guion museológico que narre el recorrido histórico del espacio de Todos Santos.
Ante eso, Sánchez replicó que las observaciones detalladas no constan en los escritos remitidos por el INPC, por lo que se solicitó la realización de la mesa técnica para que de una vez se aclare los cambios que deben hacerse.
Hasta entonces, hasta que las instituciones lleguen a un consenso, los cuencanos continuarán mirando desde afuera cómo un sitio histórico no puede ser atendido como se merece. (I)
