Marcas y políticos

Santiago León Cabrera

Y bueno. Esta semana ha iniciado formalmente la campaña electoral. Los políticos afinan la lírica para ofrecer lo que se les ocurre y en tiempo récord. Cárceles, autopistas, alianzas, privatizaciones, bonos, descentralización, un pocotón de promesas se escucharán. Así que estará atento a lo que le vienen a decir.

Pero ¿Qué hacer con tanto discurso similar? ¿Cómo elijo al indicado? ¿Cómo los diferencio? Le tengo un secretito. Se llama marca personal. Y a eso apuntan los candidatos, porque definitivamente la clase política del país no ha marcado la diferencia. Vinculados con el narcotráfico, sobornos, diezmos y tanta bazofia más, hace que la sociedad los ponga en un mismo saco.

Por eso buscan diferenciarse. ¿Cómo? Vamos a analizarlo. Empecemos por el “Rambito”. Con la pinta de Terminator desea acabar con el crimen organizado. Un legionario que ha combatido en el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, con su palmarés en seguridad y artes marciales como Karate Kid, espera retomar el orden del pais.

El ambientalista y luchador de las clases sociales es todo un personaje. Sus campañas electorales se fusionan con sus prácticas de yoga, el vacile con la Picq y un poco de pilates. Un tanto esotérico y ciclista urbano, espera que los astros se alineen y con un saludo a la Pachamama con limpia del espanto incluida, contribuyan a mejorar las condiciones de la nación.  

No puede faltar el sobrio tecnócrata. El candidato con un apellido difícil de pronunciar y que fue vicepresidente del Ecuador hace pocos años. La campaña de este ciudadano se ha enfocado en resaltar su experiencia en la política y su formación académica, que según él le proporcionarán los elementos necesarios para resolver la crisis que atravesamos.

El linaje ovejuno tampoco puede faltar en la contienda electoral. Ya sabe. ¡Borrego y a mucha honra! Es lo que pretenden utilizar como eje de campaña, para que el rebaño recuerde las obras y programas sociales que regresarán si llegan a ser gobierno en una nueva ocasión.

My friend, mire qué personaje más de la política le convence y vea si lo apoya. Eso sí, recuerde que no hay como perder tiempo. (O)