Varias fuentes atribuyen a Mark Twain la autoría de la frase: Es curioso que el valor físico sea tan común en el mundo y el valor moral tan raro. Frase que sigue siendo cierta más de un siglo después, sobre todo, si consideramos como afirma Lawrence Reed (2023), que el valor moral significa saber lo que es correcto y hacerlo y defenderlo a pesar del miedo o los obstáculos. Pero en la realidad eso no ocurre, o no de manera consistente, y cada día parece que somos testigos de un mayor declive del valor moral a todo nivel.
Más allá de la perspectiva evolutiva, la sociedad enfatiza y recompensa la valentía física, como en el combate, los deportes o las situaciones de emergencia, donde los actos de valentía física son muy visibles y celebrados. Por el contrario, la valentía moral puede implicar levantarse contra sistemas injustos, hablar en contra de las normas sociales o enfrentarse a figuras de autoridad, lo que puede provocar resistencia, reacciones o aislamiento.
La valentía moral con frecuencia requiere que las personas asuman riesgos, se enfrenten a posibles consecuencias y desafíen creencias o estructuras de poder profundamente arraigadas. El miedo y la aversión al riesgo pueden impedir que las personas muestren valor moral, ya que los posibles costos sociales, emocionales o profesionales pueden disuadirlas de adoptar una postura. La valentía moral implica enfrentarse a dilemas éticos que pueden ser complejos y tomar decisiones difíciles basadas en principios y valores.
Además, la naturaleza polifacética de las cuestiones morales puede dificultar la determinación de lo que constituye el valor moral, dando lugar a diversas interpretaciones y percepciones que finalmente agudizan la escasez del valor moral. (O)
@ceciliaugalde