Un espacio que vaya más allá de la acera y que sea seguro. Un lugar público en donde los niños puedan extender sus actividades al aire libre y salir del encierro. Y una zona que sea un sitio en el que confluya el contacto de los menores edad con su comunidad.
Esta es la propuesta que armó y presentó en Cuenca la consultora urbana Huasipichanga a través de “Calles para la niñez”, un proyecto cuya finalidad es crear entornos aptos para los niños.
Como plan piloto, Huasipichanga intervino en las calles Gabriela Mistral y General Artigas, en los alrededores de las fundaciones Solitierra y Alianza.
La intervención consistió en usar una parte de la vía pública y adaptarla para que sea una extensión de la vereda. En el piso se pintaron distintas formas, se colocaron bancas y macetas, y se señalizó.
Con esto, por un lado, los niños tienen un lugar mucho más amigable que el espacio de cemento, y, por el otro, los padres tienen un sitio en donde pueden esperar hasta que sus hijos salgan de las fundaciones que alimentan y ayudan a menores de edad de escasos recursos económicos.
“Lo que tratamos es rescatar el espacio público, para que los peatones, principalmente los niños y niñas que son los más vulnerables, no solo lo utilicen sino se sientan más seguros”, dijo Amelita Tapia, coordinadora de proyectos a nivel nacional de Huasipichanga.
En Ecuador, según el Registro Estadístico Defunciones Generales, la principal causa de muerte de niños y adolescentes se deben a los accidentes de tránsito. Cuenca no dista de esa realidad: en el 2021, ocho niños, que tenían entre 5 y 14 años, fallecieron en un accidente de tránsito.
Estos sucesos llevaron a que Huasipichanga arme Calles para la niñez con el apoyo de una subvención económica de Global Design Cities Initiative, de la EMOV y de la Dirección de Gestión de Movilidad.
A la espera de resultados
La modificación del espacio público en las calles Gabriela Mistral y General Artigas queda instaurada. Ahora la comunidad, y especialmente los niños, tienen un lugar que se espera sea útil en sus actividades.
Para Katy Orellana, directora de la Fundación Alianza en el Desarrollo, los niños se sentirán más seguros al salir de la organización que los atiende porque los vehículos ya no ocuparán toda la vía.
“Los carros pasarán, pero disminuirán la velocidad porque ya se observa que el espacio está reservado para que el niño puede cruzar, por ejemplo, la calle tranquilamente”, dijo Orellana a diario El Mercurio.
Con la muestra del resultado del proyecto, Huasipichanga espera los resultados del uso, así como la réplica de Calles para la niñez en otros espacios de la ciudad.
Por lo pronto, el alcalde de Cuenca, Cristian Zamora pidió a la Dirección de Gestión de Movilidad que se considere el proyecto que espera recuperar los sitios que han sido pensados solo para vehículos y que han alejado y obligado a los niños a encerrarse. (I)