Una grave amenaza se cierne sobre el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, pues los jubilados podrían perder sus pagos mensuales, en razón de que el número de aportantes es cada vez menor y, son ellos quienes cubren las pensiones de un número cada vez más elevado de jubilados. Por tanto, los aportantes disminuyen y los jubilados aumentan, en consecuencia, la situación financiera del IESS es, realmente, alarmante.
El retiro del 40 % sobre las pensiones del Instituto, entre 2015 y 2018, al aducir que el IESS tiene superávit, fue el comienzo del desbalance en sus operaciones, a más de renovados actos de corrupción, entregas de sus fondos al partido político gobernante (léase Alianza País) y resoluciones técnicas poco acertadas que, debilitaron su economía.
Este aporte del 40 % se restituyó con Lenin Moreno, pero al no tener carácter retroactivo, se registró un fuerte déficit en sus balances. Hoy, solo con el aporte estatal, el IESS podrá estar asegurado tan sólo hasta 2053. ¡El IESS, por tanto, requiere de un giro de timón, a la brevedad posible! (O)
