A raíz de un problema de salud originado hace diez años y que le provocó su retiro del ejercicio profesional de la medicina, Teodoro Jerves se vinculo profundamente con el cuidado de la naturaleza y ambiente.
“Las plantas exhalan por nosotros para que podamos inhalar y estar vivos”, comenta y bajo esta premisa surge la iniciativa de sembrar capulíes, naranjas, aguacates y nísperos, duraznos, limón, entre otras semillas.
Su proyecto de ‘un millón de plantas’ nace para contrarrestar la deforestación que se ha generado en los últimos años. Uno de los cantones a los que entregó 1.000 plantas fue Azogues, capital de la provincia del Cañar.
María Fe Romero, concejal de Azogues, destacó el apoyo de Jerves e indicó que estas plantas serán repartidas a cada una de las juntas parroquiales del cantón, para que de ahí se canalice de manera directa a los productores.
Jerves recalcó que otras 5.000 plantas serán entregadas al cantón Macas, provincia de Morona Santiago, donde trabajó por muchos años en labor social, su aspiración es que los habitantes aprendan a injertar semillas, para lo cual también dictará una capacitación.
Otras plantas se quedarán en Guachapala, lugar donde se ubica un espacio para la siembra y cosecha de las semillas que se entregarán a las familias de la zona.
Aunque no tiene un monto aproximado de inversión, Jerves aseguró que regalar vida es lo que lo motivó a crear este proyecto.
Estas donaciones ‘verdes’ se han generado con recursos propios, “ya que es mi pasatiempo y lo hago con mucho gusto, además de saber que será beneficioso para la región, para el medio ambiente”.
Sus hermanos lo apoyaron para la compra de semilla, tierra y los implementos que requería para que una planta crezca bien, así logró donar más de 90.000 plantas durante diez años.
Recolección
En una lata de sardina o atún, Jerves pidió a las familias cercanas a su lugar de residencia que recojan las semillas de las frutas que consumían y él las recolectaba cada fin de semana que los visitaba.
Así, reunió alrededor de dos galones de diferentes semillas cada semana e inició con la siembra en carretillas frente a su casa en Cuenca.
Finalmente se trasladó a Guachapala donde se radicó, al ser su lugar natal, y en un terreno de 9.800 metros que durante ocho años rebasaba la capacidad para colocar una planta, “todo lo que nacía, crecía”.
Es un proceso, “con la tierra llenamos las bolsas según la medida, estaquillamos las plantas que vamos a usar para hacer los arbustos y que serán donadas a las autoridades de los cantones cercanos”, mencionó Rosa Bermeo, quien lleva nueve años en la siembra de semillas en Guachapala y está a cargo de dar seguimiento al proyecto.
El injerto de aguacate es otro proyecto
Juan Tigre también aporta en este proyecto con su conocimiento en el área agronómica, él afirma que “en un mes o mes y medio, cuando ya están pegadas las semillas, las sacamos entre sol y sombra y luego se hace el cambio de bolsa para que sean trasplantadas”.
Tigre menciona que se han injertado en mayor cantidad la pepa de aguacate porque es una fruta muy solicitada en Azuay.
“El costo de una planta injerta de aguacate está entre los ocho y nueve dólares. Durante diez años el doctor (Teodoro Jerves) las ha regalado”.
Cada planta de aguacate de diez años que carga fruto se toma 100 litros de agua para producirlos y cuando son donadas, los ciudadanos deben plantarlas cerca de una acequia o donde no le falte el agua.
A los directivos de las juntas parroquiales que recibirán las plantas se les ha recomendado tomar en consideración el terreno, clima y que no falte el agua para los injertos de aguacate que sembrarán. Guachapala.- (SAM)-(I)
Detalles
1.000 plantas se destinaron al Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) de Azogues.
5.000 plantas serán entregadas al cantón Macas donde se dictarán capacitaciones para la germinación e injerto.
9.800 metros tiene el terreno donde Teodoro Jerves tiene las plantas que son donadas. Se ubica en Guachapala.