La locura, un trastorno patológico que ha existido desde que apareció la humanidad, que lo hemos aceptado como tan “normal”, sin que nos inmutemos ante tantos locos que pululan a nuestro alrededor, llegando incluso a interrogarnos: ¿los locos son ellos o acaso nosotros?
De entre los muchos conceptos de locura podemos simplificar que: se refiere a la acción imprudente, insensata o poco razonable que realiza una persona de forma irreflexiva o temeraria. La pregunta es: ¿quiénes definen cuáles son imprudentes o insensatos? ¿acaso los cuerdos?, o ¿acaso los mismos locos?
En efecto, estamos tan confundidos que terminamos por deducir que estamos en un país de locos, comenzando desde el mismo Gobierno que dice una cosa y hace otra; de un candidato a presidente que preconiza el buen ejemplo y se muestra fumando marihuana, de un candidato que renuncia la vicepresidencia y ahora quiere ser presidente, de un candidato que se cambia de nombre por el de “agua”, de un denunciador que no tiene escarmiento después del ser vejado y aspira también ser presidente, y otros que son verdaderos locos al saber que no van a ganar pero que se meten como insensatos. Y, qué decir de muchos candidatos a asambleístas que después de estar enajenados estando de “padres de la patria”, vuelven a candidatizarse para seguir haciendo locuras
Lo más grave es que, los que nos creemos cuerdos debemos encerrarnos, porque hay tantos locos en las calles y a nuestro alrededor que corremos peligro de ser saqueados, secuestrados y hasta ser difuntos en un mundo donde se está perdiendo la razón. Y, la preocupación hasta obsesiva de los que nos creemos cuerdos de que: “más seguro que posible”, los “cuerdos” del CNE hagan locuras para terminar convirtiendo a este país en un espacio en donde nadie diferencia lo que es locura de lo que es cordura.
Y si hay alguna duda de lo manifestado, solo recordemos lo que dice Melania Garbú: ¿Acaso no es de locos de remate hacer lo mismo una y otra vez, esperando resultados diferentes? Puede parecer que no es en absoluto grave, pero se han perdido vidas, roto sueños y deshecho esperanzas por perseguir esta locura.