LA LOCURA

Hugo Lucero Luzuriaga

La locura, un trastorno patológico que ha existido desde que apareció la humanidad, que lo hemos aceptado como tan “normal”, sin que nos inmutemos ante tantos locos que pululan a nuestro alrededor, llegando incluso a interrogarnos: ¿los locos son ellos o acaso nosotros?

De entre los muchos conceptos de locura podemos simplificar que: se refiere a la acción imprudente, insensata o poco razonable que realiza una persona de forma irreflexiva o temeraria. La pregunta es: ¿quiénes definen cuáles son imprudentes o insensatos? ¿acaso los cuerdos?, o ¿acaso los mismos locos?

En efecto, estamos tan confundidos que terminamos por deducir que estamos en un país de locos, comenzando desde el mismo Gobierno que dice una cosa y hace otra; de un candidato a presidente que preconiza el buen ejemplo y se muestra fumando marihuana, de un candidato que renuncia la vicepresidencia y ahora quiere ser presidente, de un candidato que se cambia de nombre por el de “agua”, de un denunciador que no tiene escarmiento después del ser vejado y aspira también ser presidente, y otros que son verdaderos locos al saber que no van a ganar pero que se meten como insensatos. Y, qué decir de muchos candidatos a asambleístas que después de estar enajenados estando de “padres de la patria”, vuelven a candidatizarse para seguir haciendo locuras

Lo más grave es que, los que nos creemos cuerdos debemos encerrarnos, porque hay tantos locos en las calles y a nuestro alrededor que corremos peligro de ser saqueados, secuestrados y hasta ser difuntos en un mundo donde se está perdiendo la razón. Y, la preocupación hasta obsesiva de los que nos creemos cuerdos de que: “más seguro que posible”, los “cuerdos” del CNE hagan locuras para terminar convirtiendo a este país en un espacio en donde nadie diferencia lo que es locura de lo que es cordura.

Y si hay alguna duda de lo manifestado, solo recordemos lo que dice Melania Garbú: ¿Acaso no es de locos de remate hacer lo mismo una y otra vez, esperando resultados diferentes? Puede parecer que no es en absoluto grave, pero se han perdido vidas, roto sueños y deshecho esperanzas por perseguir esta locura.