El PNUMA, el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas calcula que se genera en todo el mundo alrededor de 50 millones de toneladas de aparatos eléctricos que son desechados al año. El avance de la tecnología hace que los aparatos que tenemos se queden obsoletos muy rápidamente, por esto que en el planeta se desechan diariamente toneladas de estos productos. Así por ejemplo la vida útil de los paneles solares que actualmente se promocionan en todo el mundo para ayudar a reducir las emisiones de carbón, es corta.
Por las cuentas que han hecho los técnicos de los paneles solares que se encuentran en los techos y en las granjas de todas partes podría haber alrededor de 2.500 millones de paneles, por lo que para después de 30 o 40 años tendremos una montaña de ellos. Mientras que el reciclaje que requiere una técnica especial es muy bajo ya que en su interior tienen cobre, cilicio y plata y muchos de ellos están llegando ya a su vida útil y va a la montaña de desechos electrónicos. Estos producen una serie de materiales en extremo contaminantes tales como mercurio, plomo, cadmio, cromo, arsénico entre otros.
Toda esta basura electrónica se puede hallar en los lugares menos esperados de todos los pueblos y ciudades, pero si estos fueran a parar en una planta recicladora técnicamente fabricada se puede obtener muchas ganancias del oro, la plata, el cobre, el platino y el paladio que contienen, pero mientras tanto está afectando a la salud humana. En todos los botaderos de basura de nuestras ciudades y comunidades se puede ver mezclada entre la misma basura los desechos electrónicos y hasta las pilas o baterías de carros que son demasiado contaminantes. Se debería impulsar una planta de reciclaje altamente tecnificada.