Profesor de por vida, asevero certeramente que un buen ejemplo cierra fácilmente una clase, convirtiendo lo teórico en confirmada e irrefutable verdad.
Desde niño escuché hablar del comunismo y socialismo extremo, como panacea social, logrando adelantos equitativos para el pueblo y todo con justicia. Barbados cubanos estaban en el poder desde cuando uso mi razón, mirados como salvadores de una patria manoseada y convertida en lujosa isla de jolgorio por Batista con rumba y prostitución de alto nivel. Admirados guerrilleros como salvadores a sangre y fuego de una nación, cubiertos por bandera del patriotismo. Todos creímos en ellos. Barbados que ganaron gracias a su valentía. Pero cayó el telón y no se puede sostener de manera alguna que sean forma exitosa para un pueblo y sociedad. Rebasados ingratos sentimientos de divinización de los ahora autócratas perpetuados, la verdad se ve franca y sin cortapisas. Los tales héroes de otras épocas, no fueron más que psicópatas y asesinos comprobados, como Fidel y el mítico “Che” idolatrados por muchísimas generaciones de rebeldes sin causa y cuya foto en camisetas y calles, fue signo de fortaleza y victoria. Pasados los años palpé en su mismo suelo sin que nadie me diga la espantosa ruina a la que llevaron a Cuba y hoy a Venezuela, otra hora la nación más rica y próspera de América latina. Fui a los dos paraísos socialistas y se estrujó el corazón cuando vi y sentí en mi propio pellejo, pues no fui como turista de alto nivel y cruceros de lujo, sino más bien pedí expresamente ser alojado en casas, si se pueden llamar así, tugurios de las viejas Habana y Caracas, donde antiguas mansiones de familias pudientes, son conventillos de mugre y pestilencia inimaginables. Nada que comprar en Cuba, ni tan siquiera cosas para alimentarse, sin tiendas ni mercados y para conseguir un par de huevos para hacer un desayuno, teníamos que, el día anterior, encargarlos adelantando dinero para que vayan al campo a conseguirlos. Pobreza espeluznante. Degradación y mercados negros para adquirir una libra de papa. Hacinados en una habitación donde montan estrechamente dormitorio y mísera cocina. Un baño es lujo compartido asquerosamente y la ducha, aditamento sin precedentes, mientras metros más allá, con alta seguridad, tienen hoteles 5 estrellas para turistas, con bellas playas vedadas para cubanos y lindas y juveniles prostitutas enloquecidas por conseguir 5 dólares vendiendo su cuerpo y alma. Inimaginable que puedan sobrevivir así. Venezuela tiene sueldo de 5 dólares mensuales. Que viva el socialismo dicen algunos que no se si son ciegos, torpes o vivos que se aprovechan de la miseria del resto para enriquecerse ellos. (O)