Desdolarización

Bladimir Proaño

Desde mi punto de vista, no quiero imaginarme que algún candidato presidencial que llegue a Carondelet pretenda desdolarizar la economía, pues simplemente sería el inicio del fin de la economía ecuatoriana. Tener reservas internacionales en niveles récord no debe constituir el dinero fácil para cumplir promesas de campaña, por lo tanto, insto a los ecuatorianos a rechazar profundamente cualquier intento. No permitiremos que eso suceda.

Ni la inseguridad ni el fenómeno del Niño, deben poner en riesgo este sistema monetario que le ha dado al Ecuador estabilidad y crecimiento. Estos shocks deben ser gestionados con un manejo adecuado de las finanzas públicas. No se trata de violentar la Ley de Defensa de la Dolarización de 2021 (LDD-21), lo principal debe ser cuidar cada dólar que ingrese al país, por exportaciones, préstamos o inversiones y priorizar el gasto, ser eficientes y transparentes al gastar. La sociedad no reclama cuando ve que el dinero público es bien gastado.

Aun cuando se hable de la crisis del dólar se puede decir que el mundo se ha vuelto más multipolar en términos reales, esencialmente desde que la OMC consintió a China como miembro en 2001. Pero en los mercados financieros el dólar sigue siendo tan dominante como lo fue hace 20 años. El dólar se fortalece cuando la economía estadounidense crece y hay optimismo en los mercados, pero también aumenta su valor en un contexto de recesión global, puesto que es percibido como refugio por los inversores. Por lo tanto, pese al ascenso de China y de la India, a la introducción del euro y del petrodólar, el dólar no ha cedido apenas cuota de mercado. ¡Es sorprendente!

En 2021, la LDD-21 prohibió que el Banco Central financie al gobierno en términos generales, se puede considerar que una actividad del Banco Central tiene efectos fiscales, ya sea porque impacta materialmente las cuentas fiscales y/o afecta otros aspectos de la política fiscal (impuestos, gastos, financiamiento), ya sea directamente o en el futuro. Dado que el BC es una institución financiera pública, sus actividades impactan (negativamente) las cuentas fiscales principalmente cuando generan pérdidas financieras, lo cual implica menos dividendos para el gobierno. Evitar que con hasta el 20% del requerimiento de encaje bancario vuelva a financiar al gobierno, es decir, permitir que los bancos puedan, voluntariamente, adquirir directamente títulos del Ministerio de Finanzas. La experiencia de las economías dolarizadas sugiere que, incluso en una situación extrema como fue la del Covid-19, no tener una política monetaria autónoma no implicó un gran costo para la economía, no siendo entonces ni de lejos argumento para la desdolarización. (O)