Acogiendo un principio establecido en la Constitución de 2008, conocido como “Muerte cruzada”, en mayo de 2023, el Presidente Lasso disolvió la Asamblea Nacional y convocó a elecciones anticipadas.
El país espera ansioso un acertado escogitamiento entre los ocho candidatos calificados y que, por su número, fraccionan peligrosamente el panorama electoral, y por lo tanto, es indudable que, una segunda vuelta será mandatoria en el país. La corrupción ha constituido un mal endémico en el Ecuador y, por ello, expresidentes y otras exautoridades se encuentran prófugos y sujetos al orden judicial, en razón de cargos penales que pesan sobre ellos, tal el caso de Rafael Correa, de Jorge Glass y de muchas otras personas con procesos en el sistema judicial ecuatoriano.
Atendiendo a este panorama tan deplorable, es el momento para los ecuatorianos, de reflexionar y analizar en profundidad, en torno a la responsabilidad de cada ciudadano, frente al ejercicio electoral, del próximo 20 de agosto, que deberá responder a un acto de sensatez y profundo análisis.
El Ecuador no puede cometer -en una nueva oportunidad- la gran equivocación de elegir equivocadamente. Que estos días de agosto, previos al día de elecciones, sirvan para analizar con acierto, cómo escoger al candidato que el país requiere para su Gobierno, con programas idóneos y bien formulados, con una hoja de vida limpia, que garantice el futuro y la seguridad del Ecuador. ¡Es esta la hora de la verdad! (O)