Las Universidades públicas del país estuvieron ocupadas las últimas semanas, recibieron a miles de estudiantes para las pruebas de ingreso, esas que Lasso prometió ya no existirían, asegurando el ingreso de bachilleres a una educación superior gratuita y de calidad; resultó que la tarea fue trasladada a las universidades, porque el presupuesto no alcanza para recibir a todos.
Más allá de las promesas educativas sin cumplir, queda una deuda aún más grave, qué posibilidades laborales tienen la juventud en el país. Lasso hablo de 350 mil nuevos empleos en el 2021, sin embargo, en Ecuador sólo 3 de cada 10 personas tienen un trabajo digno; menos del 25% son jóvenes.
Agosto es el mes de la juventud, los gobiernos locales y el central se esfuerzan por hacer conciertos y eventos culturales para esta población, que también es bueno, pero no lo primordial. Seguimos viendo a la juventud como la responsable de un futuro libre de violencia, con mejores prácticas ambientales y más feliz. Pero ¿Qué presente les estamos entregando? ¿Cuál es la deuda que heredan? ¿Quién asume las promesas que no se cumplen? ¿Dónde queda su posibilidad de ser quienes quieran ser? (O)
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